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TROFEO CARRANZA

Godín evita el chiste final

En el partido del debut de Gameiro, el uruguayo marcó el gol definitivo, en el 86', cuatro minutos después de que Nigeria hiciera el empate. El primero del Atleti, de Gaitán.

Actualizado a
Godín evita el chiste final
Román RíosEFE

En este Atleti todo gira alrededor de un punto, el G. Una letra, tantos nombres. Sin Griezmann, en el debut de Gameiro, fueron Gaitán y Godín los que hicieron los goles. Puede parecer trabalenguas, a punto estuvo de ser chiste. O película de terror. Porque eso, miedo, fue lo que hubo en los cuatro minutos que pasaron entre el gol de Bashir y el de Godín, en el 86’, rozando campana, los penaltis.

Tic-tac, tic-tac... Minutos de pánico, llenos de ‘Y sis’. ¿Y si el Atleti pierde también ante este All Star de Nigeria con (algunos) jugadores que no conoce ni la Wikipedia (comprobado, uno a uno)? ¿Y si no es capaz de ganar con los buenos, los menos buenos o los meritorios? Pavor daba. Entonces Godín se puso el traje de delantero en un córner y, aunque eso no espanta el problema (la peligrosa tendencia de vivir siempre en el 1-0) sí le arrancó al partido el conato de chiste, dejándolo en lo que (sólo) debería haber sido: la primera vez de Gameiro en el Atleti.

No habían pasado ni 30 segundos cuando, el francés, ya tocaba su primer balón con la rojiblanca (bueno, ayer de negro y oro). Primera posesión del Atleti y bajó al centro para recibir, darse la vuelta e ir a lo suyo, la portería. Vale que para que fuera redondo hubiera sido mejor que su debut llegara en la final, sin viento levante y ante otro rival. Y con el acierto acompañando a todas sus ganas, pero todo no puede tenerse a la vez y el primer día. Buena pinta tiene, eso sí. Muy buena, de hecho. El francés fue todo desmarques y diagonales. Y un encarar portería siempre, rapidísimo, como si se la fueran a quitar. Ayer le faltó el gol, legal digo, porque hizo uno en el 5’ pero el árbitro se lo anuló por falta previa. A quien no le falta, por cierto, es a Gaitán. Segundo partido, segundo gol. La era del Nicogaitanismo ha comenzado. Lo hizo en Italia y lo hizo ayer, con un zurriagazo con la izquierda al final de la primera parte que adelantó al Atleti cuando Nigeria mostraba que será un All Star sin nombres, pero serio, sobre todo en defensa, y los rojiblancos eran sólo Thomas. Qué futbolista. Ayer, con pelo nuevo (adiós rastas, hola cresta), de nuevo, el mejor.

El gol de Gaitán trajo los mejores minutos del Atleti. Buscó el gol Thomas con esa (poderosísima) pierna derecha que tiene. O Godín, cuya cabeza siempre está ahí si un balón vuela por el área. O el propio Gameiro, con un disparo a bocajarro en el 39' con pincelada de crack: antes de disparar, colocó, buscando el pie bueno. Lástima que le saliera directo a las manos del portero y su estreno siguiera sin gol. Sí, rondaba. Sí, se movía (y cómo). Sí, parecía. Sí. Pero al final no.

Los primeros minutos de la segunda parte fueron un dèjá vu. El Atleti conformado. Nigeria que quería, pero ni mordía. Minutos de tedio que permitieron una cosa: hacer la cuenta de la pretemporada. Aquí, varias cosas. Koke, en el doble pivote, Thomas pidiendo sitio cada vez más alto y una sensación en negrita, subrayado y brillo de neón: si Tiago está bien, Tiago juega. Él es el orden. El control. La serenidad (ante Nigeria también). Otra sensación deja el verano, también en mayúsculas, pero no buena, bastaba mirar al césped para confirmarla: da igual que el Atleti fiche a Gameiro, Costa o todos los 9 del catálogo. No cambia su tendencia, vivir a gusto en el alambre. Y, como si el partido hubiera escuchado a la cabeza, sobre el césped, sonó una ocasión. No era del Atleti, no. Fue de Nigeria, crecido en esos minutos de nada, que dieron paso al caos.

No se encontraba el Atleti, o no terminaba de hacerlo, ni con Saúl en la punta ni con Saúl en el centro, ni con el dibujo 4-4-2 ni con el 4-1-4-1. Seguía Gameiro buscando el gol pero topándose a veces con el palo, una pierna rival, el portero o tropezándose con sus propias ganas. Así que Egbuchunam, que llevaba un minuto en el campo, se fue directo a la portería de Oblak sin que nadie (ningún defensa del Atleti, digo) le frenase. Y así que, allí, ante él, se plantó y disparó. Esta la paró el esloveno. La siguiente no. La chirigota del día anterior del Atleti ante el Cádiz apuntaba a idéntico final: la tanda de penaltis.

Bashir fue el siguiente que la tuvo, al disparar, solísimo, después de una contra. Esta vez el balón entró. Entonces llegaron el pánico, los ‘Y sis’. Hasta que Godín metió la cabeza y dijo: ‘Basta’. Hasta aquí llegó el Carranza para el Atleti. Y en la semana que queda hasta LaLiga, Simeone deberá pensar, aunque el once lo tenga claro.