Un Atlético de chirigota
Carrasco adelantó a los de Simeone en la primera parte, y David Sánchez llevó el partido a los penaltis al transformar una pena máxima en el 90'.
Es lo que tiene el fútbol, que en un minuto, todo cambia. Durante 89’, ayer, mandó el Atleti y brilló Caio, pero al Cádiz le bastó con eso, un minuto, para enviarlo todo al traste. Un minuto y un arma: cuatro penaltis. El primero fue en el 90’. Saúl, que llevaba dos minutos en el campo, cortó un balón en el área. Él dijo que fue con el pecho, pero el árbitro vio mano... Y la pitó. Sánchez lo metió y el Atleti pagó vivir siempre en el alambre del 0-1. Un instante después llegarían los demás penaltis y, el resultado, con Milán reciente, no pudo ser peor: dos goles (Saúl y Gabi), dos paradas (Torres y Giménez) y un palo (Carrasco). El Cádiz metió tres.
Así terminó un partido que había empezado con el viento de levante enredando... Y soplando a favor del Cádiz. Minuto 2 y a Carrasco le arrebañó un balón ante Güiza. Peligro. Tiene más años pero el instinto intacto: con el rabillo del ojo vio correr a Salvi y le asistió. Sólo el palo evitó el gol. Entonces apareció Caio y el Atleti tomó el mando.
Del descaro del chaval (brasileño, 18 años) se sabía por Australia, pero ayer se colgó otra medalla al pecho: su zurda no golpea, acaricia. Así llegó el gol del Atleti. El chico botó una falta, Augusto cabeceó al palo y el rechace lo metió Carrasco. No volvió a inquietarse el Atleti durante muchos, muchos minutos, a pesar del alboroto que Salvi creaba a su alrededor. Daba igual, los rojiblancos dominaron en la primera parte y, en la segunda, se dejaron llevar, a gusto en el 1-0. No contaban con algo: enfrente estaba el Cádiz, equipo condenado seis años a vivir donde no le tocaba, la Segunda B.
Los de Cervera fueron ganando empaque con los cambios. El primer aviso fue un remate de Garrido en el 72’ que atrapó Bernabé. Entonces, el Cholo sacó a Saúl y lo puso de central, para contener. Lo que pasó está escrito. Cortó un balón en el área y los penaltis que siguieron mataron al Atleti. Otra vez. Puede sonar a chiste. No tiene gracia.