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REAL MADRID

Kanté enfría la relación de Zidane y Deschamps

El seleccionador de los galos no quiere distracciones en Francia. El caso de Benzema rompió la buena sintonía que siempre tuvieron.

Kanté enfría la relación de Zidane y Deschamps
Javier Embid

Didier Deschamps, seleccionador de Francia, y Zinedine Zidane, técnico del Real Madrid, han mantenido siempre una muy buena relación hasta que el ‘Caso Benzema’ les distanció. Ahora, el interés del Real Madrid por Kanté en plena disputa de la Eurocopa ha vuelto a tensar las relaciones entre ambos.

Deschamps era el capitán de la selección francesa que conquistó el Mundial de 1998 y la Eurocopa del 2000 y que tenía a Zidane como indiscutible estrella sobre el terreno de juego. Ambos formaban un tándem perfecto en el que la personalidad y el liderazgo del hoy responsable técnico de Francia se complementaba con la clase del por entonces jugador de la Juventus. Todo ello se deshizo cuando Zidane defendió a Benzema y consideró que el delantero del Madrid debía de estar en la lista de Francia. Esa intromisión no gustó a Deschamps, que anda mosca con el Madrid y su técnico ya que cree que el interés del conjunto blanco por N’Golo Kanté es inoportuno y distrae a Francia en un momento clave de la competición.

El interés del Real Madrid por Kanté, a petición de Zidane, ha caído por sorpresa en la concentración de Francia, donde Deschamps quiere tener controlado hasta el mínimo detalle y pretende mantener a sus jugadores aislados de todo lo que pasa en el exterior. Deschamps les ha pedido a los suyos que durante un mes piensen únicamente en Francia y si ya le disgustó que Griezmann renovara durante la concentración gala con el Atlético (a pesar de que la negociación la llevaran sus agentes) y que Umtiti se haya comprometido con el Barcelona (en un acuerdo entre clubes en el que nada ha intervenido el futbolista), lo de Kanté y el equipo blanco le ha irritado.

A pesar de que Deschamps pueda sentirse incómodo por el inoportuno interés madridista por el futbolista, no parece que el centrocampista vaya a dejar de pisar con los pies en el suelo. Está bien aconsejado, no es ningún niño (25 años) y sueña con ganar esta noche ante Portugal en París la Eurocopa con su país.