—Francia en semifinales, pero después de superar a rivales asequibles. ¿Cómo está viendo la Eurocopa, Bixente? —Bien, creo que Francia está donde debe aunque ha sufrido más de lo esperado. Durante gran parte del torneo notó la presión y eso no le permitió jugar a su nivel. Fue una mezcla de querer hacer las cosas bien y de tener miedo a hacerlas mal. Le costó jugar con libertad.
—Ahora toca Alemania, el campeón del mundo. Casi nada. — Jugar las semifinales es el potencial mínimo de Francia. Sin estar a tope llegó a cuartos, porque tuvo un grupo sencillo y luego también eliminatorias sencillas. Hasta ahora pudo probar cosas y cometer errores, pero a partir de semifinales la Eurocopa es otra historia porque un error te manda para casa. Esto ya es el máximo nivel. Hemos ido mejorando, pero algunos aspectos, como el equilibrio entre mediocampo y defensa, son clave para eliminar a los grandes.
—Pero tienen a Griezmann… — Por supuesto. Griezmann es un jugador que siempre parece tranquilo sobre el campo y en la Eurocopa le costó dar esa sensación. Pero por fin se desató.
—¿Ha sido decisivo el cambio al 4-2-3-1 y la posición más centrada de Griezmann, al estilo Atlético de Madrid? — No creo que fuera un problema táctico. Él tiene la capacidad para jugar de muchas maneras diferentes. Lo que yo creo que le costó fue gestionar las emociones, porque todo el mundo esperaba mucho de él. Ya no es el Griezmann del Mundial 2014, que podía jugar bien pero no estaba obligado a marcar las diferencias. Entonces aquello correspondía a Benzema. Es distinto ser un jugador joven que una estrella del equipo. Ocurre ahora con Martial y Coman, por ejemplo. Sabemos que tienen calidad pero no esperamos que decidan. Griezmann sí debe decidir y así lo está haciendo. Ya fue clave en el Atlético de Madrid en grandes partidos contra Barcelona o Bayern y con Francia también debe serlo en encuentros de mucha presión.
—¿Y Payet? De repente es su socio inesperado. — Absolutamente. Seis meses antes no estaba ni siquiera en las convocatorias. Es increíble lo que ha hecho. Se lo ha ganado. En marzo tenía que jugar muy bien en un amistoso de preparación y jugó muy bien; luego tenía que entrar en los 23 y entró; y después tenía que pelear por ser titular y peleó hasta que lo fue, incluso en algún partido como el mejor del equipo. Ha hecho partidos de clase mundial en esta Eurocopa.
—¿Se acuerdan de Benzema o ni siquiera eso? — Benzema no está y hay que hablar de los que están. Hay un tema deportivo que es incuestionable, que es su gran temporada en el Madrid; y hay otro extradeportivo que está en la justicia y que no soy yo el que debe hablar de él.
—¿Acertó Deschamps dejándolo fuera? — Deschamps hizo las cosas por el bien del equipo y por la tranquilidad de la preparación. No era fácil mentalizarse para una Eurocopa con un asunto como el de Benzema y Valbuena encima. Desde entonces, quiso concentrarse en los 23 jugadores que están y en los que ha confiado. Están Griezmann, Giroud, Coman, Martial… Hay potencial suficiente en ataque.
—¿Cree que este equipo francés es tan bueno como aquellos del 84 y el 98 que fueron campeones en casa? — La generación Platini ganó en el 84 y mi generación ganó en el 98 y 2000. Es fácil decir que somos mejores por ello y lo cierto es que ganamos títulos. Para dejar huella, una generación debe ganar y de momento esta no ha ganado. Está en el proceso y no hay que decir nada, simplemente hay que dejarla hacer. Una cosa son las palabras y otra, los hechos.
—¿Ganar siendo anfitrión es más difícil? — Sé lo duro que es jugar un torneo como local. Nosotros fuimos campeones del mundo en 1998 en Francia y hay muchos factores alrededor. Llegas al torneo sin saber exactamente cómo estás, porque no compites; la gente te dice todo el día que hay que ganar porque somos locales; a los futbolistas decisivos como ahora lo es Griezmann se les repite constantemente que deben desequilibrar los partidos… Es difícil. Pero es así.
—¿Qué me dice de Pogba? — Pogba posee un gran potencial. Lo tiene todo. Calidad técnica y también capacidad física. El tema es que esperamos mucho de él y queremos verle al máximo nivel siempre. A veces olvidamos que tiene sólo 23 años, que en un futbolista siempre hay una evolución, que se pasan momentos más o menos difíciles… Para él no es fácil sobrellevar esta presión y se ha notado en el torneo. Se habla mucho de Pogba, pero la realidad es que aún es un jugador en evolución. Hay mucho márketing, mucha comunicación, incluso demasiada, y nos olvidamos de que es un jugador joven que está evolucionando. Al final eso es una ola grande que te arrastra hacia la ansiedad.
—¿Le ve capacitado para jugar en el Madrid? — Sí, puede jugar en cualquier gran club. Juega en la Juventus, de hecho, que ya es un gran club. Creo que puede ayudar al centro del campo, pero siempre sin olvidar que es un jugador joven, no uno de 27 ó 28 años en su plena madurez y que decide cada partido. Para el presente y para el futuro es una apuesta muy buena.
—En Madrid le esperaría Zidane. ¿Qué le ha parecido el debut como técnico de su amigo Zizou? — Me dio mucha alegria verle ganar la Champions. No por un tema técnico o táctico, sino por un tema emocional. Decía: ‘Este Zizou cada vez que se propone una cosa la consigue’. Primero fue su talento como jugador y ahora su profesionalidad como técnico. Desde el día que dijo que iba ser entrenador, piensa cada minuto como entrenador. Hubo un momento en el que no sabía qué hacer; luego, una vez se decidió a ser técnico, lo ha hecho con todas las garantías. Esa determinación se notó desde su primera conferencia de prensa. Tenía las ideas claras.
—Y ha demostrado ser un líder. — Y fíjese que cuando era jugador era más tímido, pero al convertirse en entrenador se dio cuenta de que tenía que hacer ese esfuerzo y ser más expresivo. Es un cambio increíble como ser humano. Ahora noto a una persona que maneja a otras personas. Y respecto a la presión, no creo que sea un problema. Él está acostumbrado a jugar finales como futbolista. Se le notó tranquilo desde el principio, bromeando con Cristiano hasta en la final de la Champions antes de los penaltis.
—¿Su presencia fue clave en el aspecto anímico del Madrid? — Hizo tres o cuatro cosas muy importantes, entre ellas decirle a Cristiano que es el mejor en vez de pelearse con él como hizo Benítez. ¿Cómo te puedes pelear con un jugador que mete un gol por partido? Se notaba que los jugadores estaban dispuestos a partirse la pierna por él, hizo un gran trabajo psicológico. Cuando tienes un entrenador tan tranquilo y confiado de sus posibilidades, entonces el jugador tiene confianza.