En Brasil ven en Gabriel Jesús cosas del 'primer Ronaldo'
Es el jugador más querido en Brasil. No se veía salir un delantero como él desde que Ronaldo Nazario encantó al país con el Cruzeiro.
Gabriel Jesús es un bicho raro en el fútbol.
Es un adolescente normal que sólo quiere jugar.
De ser un hombre anuncio, de momento, pasa.
Por eso es el jugador más querido del país. No en popularidad, que en eso Neymar todavía es inalcanzable. Hablamos de afinidad, de simpatía. Todo el mundo en Brasil quiere que le vaya bien a Gabriel Jesús.
Gabriel Jesús nació y se crió en Jardim Peri, un barrio al norte de Sao Paulo. Con 11 años accedió a la cantera del Palmeiras y rápidamente empezó a levantar expectación. Ahora se está saliendo jugando finalmente de delantero centro y no como mediapunta o extremo, como hacía en las categorías inferiores.
En el Mundial Sub-20, disputado el año pasado en Nueva Zelanda, fue el diez de Brasil, responsable de la creación de las jugadas de ataque. Con el antiguo entrenador del Palmeiras jugó también en esta posición, pero fue con la llegada de Cuca al club verde de Sao Paulo cuando Gabriel Jesús encontró su sitio y viene encantando a todo el país con su estilo único: un delantero con mucho desborde y velocidad, pero con una facilidad natural para encontrar el gol.
Su repertorio es amplio. Finaliza bien con las dos piernas, es fuerte y muy veloz. Sabe rematar dentro del área con la cabeza... Pero su mayor virtud es la manera en la que arranca con el balón controlado. Sus carreras fugaces deslumbran ya en todo el mundo. Rogerio Micale, actual técnico de Brasil para los Juegos Olímpicos, llegó a decir que supera incluso a Neymar en este apartado del juego.
No se veía salir de Brasil un delantero como él desde que Ronaldo Nazario, también con 19 años, encantó al país en el Cruzeiro. Los especialistas ven cosas suyas en el estilo de Gabriel Jesús. Hay consenso... más del que hubo con Neymar.
Y éste no brilla sólo dentro del campo. Fuera, es un encanto. Humilde, sencillo, muy cercano a su familia y con los pies en el suelo. Cuando habla, transmite sinceridad y espontaneidad. Es un tipo auténtico, sin ser arrogante.
En Brasil la sensación que tenemos es que estamos viendo ante nuestros ojos el nacimiento de un jugador único. Y no sorprende a nadie que los gigantes de Europa estén peleando como locos por él.