Gales entra en la eternidad
Bale sigue haciendo historia y se medirá con Cristiano y Portugal en semifinales. El golazo de Nainggolan no evita el adiós de Bélgica. Marcaron Williams, Robson-Kanu y Vokes.
La historia de País de Gales en esta Eurocopa se recordará mucho tiempo. La leyenda de este equipo supera cualquier expectativa y crece a cada partido que disputa. El once del dragón ya está en semifinales tras derrotar a Bélgica con un fútbol estupendo por 3-1. La selección de País de Gales superó así una frontera nunca cruzada por su fútbol, que tenía el listón en el legendario equipo de John Charles en el 58 al que apeó Pelé en cuartos del Mundial de Suecia. En Lille se hicieron eternos... y lo que les queda. En Lyon, el miércoles les espera Portugal en un duelo que va a ir mucho más allá de un enfrentamiento entre Cristiano y Bale.
Porque este viernes Gales dejó claro que es más que un equipo que gira en torno a una estrella, pues Bale ante Bélgica no fue decisivo como al inicio del campeonato. Fue uno más de un grupo perfectamente trabajado, unido, generoso en el esfuerzo y, por qué no decirlo, bendecido por los dioses. Bajo la batuta de Ramsey, el liderazgo de Ashley Williams, los kilómetros de Allen y el cañonazo de Bale han surgido unos secundarios como Robson Kanu y Sam Vokes que ante Bélgica se convirtieron en inmortales.
Y eso que la puesta en escena fue por completo belga. En un par de furiosos arreones, Bélgica logró meter el miedo en el cuerpo a los galeses. A los cinco minutos entre Henessy y Taylor evitaron el primer tanto belga al desbaratar una triple ocasión de Carrasco, Meunier y Hazard. la primera la salvó el portero, las otras dos, el defensa bajo el larguero con Henessy batido. Tras el consiguiente córner, Romeo Lukaku no acertó a empujar un balón que se le quedó a huevo. Cuando siete minutos después Nainggolan coló por la escuadra galesa el misil que supuso el 0-1 parecía que el partido estaba sentenciado. Por si fuera poco, tres de los cinco defensas galeses habían sido amonestados en los primeros 20 minutos de partido.
Pero en contra de lo esperado, País de Gales se hizo con el control del partido. Ramsey empezó a mandar en el centro del campo, Robson Kanu a dejar en evidencia a Jordan Lukaku, hermano del delantero, y Courtois tuvo que lucirse para evitar el empate de Taylor a centro de Ramsey por el flanco débil de Bélgica. La banda del Lukaku malo, para entendernos.
Lo que ya no pudo evitar el portero belga fue el empate tras un saque de esquina de laboratorio que Ashley Williams envió a la red tras ganarle la acción de nuevo al Lukaku malo después de que los rematadores galeses se alinearan en el área como un equipo de rugby a la salida de una touche.
La segunda parte comenzó como la primera, con Bélgica buscando el gol de salida, pero Gales aguantó y en un sensacional contragolpe de nuevo llevado por Ramsey, Robson Kanu dejó sentados a sus marcadores para hacer el 2-1. Bélgica se quedó groggy y sin argumentos. Wilmots había retirado del campo a Carrasco para apostar por Fellaini en el que es, quizás, su último error como seleccionador. Bélgica nunca encontró el camino, mientras que País de Gales en el 86’ mediante Vokes cerraba el partido y entraba en la eternidad.