Poyet y cientos de aficionados en la demolición del Gol Sur
La calle Iguazú se llenó de nostálgicos que asistieron a un simbólico acto con el 'diplodocus'. El entrenador uruguayo, presente también.
"Si se moja el Betis nos mojamos todos”, se cantaba en Gol Sur los días de lluvia y varios cientos de esos aficionados se mojaron en la tarde del jueves con el intenso calor de Sevilla y también con el peligro de los cascotes para ver en directo un simbólico acto de demolición de la histórica grada, que será reconstruida. Al momento acudió por cierto el uruguayo Gustavo Poyet en la primera aparición pública del nuevo entrenador después de su presentación oficial, hace ya algunas semanas. Junto a él, el director deportivo Miguel Torrecilla, el presidente Ángel Haro y el vicepresidente López Catalán.
“El Gol Sur es testigo de lo que el Betis ha sido pero aspiramos a un Betis nuevo, un Betis grande. Me asalta una mezcla de alegría y tristeza. Yo venía con la peña de Villaverde en mis primeros años con el Betis. Esto era más bien simbólico pero en dos semanas va a desaparecer la grada del todo”, afirmó Ángel Haro.
El lunes o el martes debe comenzar de verdad el derribo de la grada más jubilosa de Heliópolis. 44 años de sueños, y también de pesadillas, la contemplaban y dejará tras de sí una estela histórica que es puro Betis: pasión, sufrimiento, alegría y los recuerdos de aficionados entre los que se encuentran los más ruidosos y algunos de los más fieles.
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Muchos béticos se dieron cita en la calle Iguazú, en Heliópolis, para presenciar en directo y algunos incluso con lágrimas la caída del bastión más antiguo de un estadio que para el Mundial 82 vivió una completa remodelación del Voladizo, la Preferencia y la grada de Fondo, y que posteriormente entre finales de los 90 y principios de este siglo remozó en su mitad más moderna el expresidente y todavía máximo accionista Manuel Ruiz de Lopera.