JUVENILES | R. MADRID 3 - ATLÉTICO 4
El Atleti venga la final de Milán ganando la Copa Juvenil
Solano hizo el decisivo 3-4 en la prórroga de una una final loca en Mallorca en la que el Madrid ganaba 3-1. El equipo colchonero vuelve a levantar este título 58 años después.
La temporada 2015-16 cerró con otro Real Madrid-Atlético esta vez en la final de la Copa del Rey Juvenil y, a diferencia de la dramática noche de San Siro hace 29 días, esta vez cayó del lado rojiblanco. Una pequeña revancha, aunque sea a nivel de chavales, para paliar el dolor que aún siente la parroquia colchonera cuando recuerda lo de Milán. Una mañana con doble atracón de felicidad después de que el Atlético Féminas ganase a su vez la Copa de la Reina...
Fue una final no apta para guionistas cuadriculados. El Atlético arrancó ganando en el minuto 5 tras un fallo garrafal del Madrid, luego los cachorros de Valdebebas remontaron con un Mario Rodríguez sencillamente excelso. Tuvo que disfrazarse de falso nueve y tan bien le salió que además de martirizar a la defensa colchonera les hizo dos goles. Un 3-1 en el 26' adornado con buen fútbol que parecía conducir al equipo de Solari hacia el título. Hubiera sido un desarrollo previsible. La final tenía que ofrecer aún más.
Y el punto de inflexión fue una acción de mala suerte para el Juvenil madridista. Toni Moya, el cerebro extremeño del equipo del Manzanares, metió un centro que Jaume desvió hacia su portería batiendo a Luca Zidane. Todo cambió. La balanza se igualó y Zaka terminó de plasmarlo con un golazo en el 81'.
El Atleti acababa físicamente algo más entero y Óscar Fernández se la jugó a meter aviones en el tramo final, quitando medio frente de ataque (los dos goleadores, Zaka y Toni Moya) para meter a Nacho Heras y Rentero con los que aguijonear al Madrid. Luca Zidane fue la tila que necesitó su equipo en el suspiro final, San Román replicó con una parada de fútbol sala a Dani Gómez y después Salomón Obama se resbaló cuando encaraba solo la portería madridista. Fin a los 90 minutos, se abría un nuevo reto.
La prórroga fue la anarquía total. Fundidos, acalambrados, como los mayores en Milán, fue el Atlético el que echó la caña y sacó el pez más grande. Solano volvió a olfatear una mala salida de balón madridista, robó cerca de la línea del área, vio adelantado a Luca Zidane y le mandó un balón imparable por encima. Un gol que multiplicó la angustia en la cara de los chavales blancos, ya demacrados por el esfuerzo. El tópico del boxeador que se sostiene por inercia, con los pies de gelatina, no podía definir mejor al Juvenil blanco. Luca Zidane rechazó el uppercut colchonero en el 100' y cinco minutos más tarde, a segundos del descanso de la prórroga, Nacho Heras estrelló un cabezazo en el poste.
La segunda mitad de la prórroga fue un cúmulo de ataques ciegos, por pura intuición. El Madrid no logró rehacerse y el Atlético tampoco lo vio claro para asestar la puntilla. Se agotaron los 120 minutos y al final fueron los atléticos los que estallaron de júbilo. El Madrid perdía su tercera final consecutiva, el Atlético ganaba su primera Copa Juvenil desde 1958. No es la Champions, pero los muchachos rojiblancos los festejaron como si lo fuera...