Albania se enorgullece de la gesta de sus 'hijos de la guerra'
De Biasi triunfa tras convencer y convocar a los exiliados. De los 23 jugadores albaneses, 14 se han criado fuera. El técnico los reclutó.
A finales de 2011 llegó la contratación que cambió la historia del fútbol en Albania. El presidente de la federación descolgó el teléfono y llamó al italiano Gianni de Biasi, un técnico con extenso currículo en clubes pequeños de Italia y con un paso también por España en el Levante en la 2007-08. Albania era entonces la 74ª del ránking FIFA. Contar con un técnico acostumbrado a equipos modestos era vital, como luego se ha visto con su eficaz esqueleto defensivo.
De Biasi no sólo aportó esa sapiencia sino que logró revolucionar el modelo de selección de jugadores. Junto a sus ayudantes recorrió los países por los que pudiera haber albaneses exiliados o hijos de ellos y fue tratando de convencerles para que jugaran con Albania. “Hicimos 70 viajes. Nos fijamos en jugadores que tuvieran apellido albanés”, dijo en El País. La peregrinación fue productiva. Encontraron jugadores con raíces albanesas en varios países, especialmente Suiza.
El éxodo de los 90 hacia Europa durante la Guerra de Kosovo había expandido el talento por aquellos países que abrieron las puertas a sus refugiados. Suiza fue el principal. Así, en la selección que hoy hace historia en la Eurocopa hay 12 suizos o criados allí. También de Macedonia y Alemania.
De Biasi, el Ranieri albanés, el técnico al que el gobierno de Albania concedió la nacionalidad por sus gestas y que canta el himno antes de los partidos, es el artífice. Él y los hijos de la guerra, que dos décadas después del conflicto acercan a su país a octavos de una Euro. El gobierno ya les ha premiado con un millón de euros. Ahora falta lo más importante, que también les premie el fútbol.
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