Turquía no cumple con el Ramadán durante la Eurocopa
Todos los jugadores son musulmanes, pero tienen permiso. “Comen y beben con normalidad. No se verá afectado su rendimiento”.
Los jugadores comen y se entrenan con normalidad. El Ramadán no afectará para nada a su rendimiento”, cuenta un miembro del cuerpo técnico de Turquía a este diario a tres días del enfrentamiento ante España. No es un tema baladí. El noveno mes del calendario musulmán coincide casi de pleno con la Euro y es aquel en el que quienes procesan dicha fe deben hacer ayuno desde el alba hasta el anochecer. Se considera un acto espiritual y de fe. Sólo se puede comer y beber después del ocaso. Condiciones casi incompatibles con la disputa de una gran competición.
A Turquía, rival de La Roja el viernes en Niza, el asunto le toca de lleno. De todas las selecciones que participan en el torneo, la única con pleno de musulmanes entre sus 23 convocados es la turca. La federación dejó a su libre elección que hicieran o no ayuno, pero ninguno de sus futbolistas ha optado por ello.
Comen y se hidratan con normalidad. Están concentrados única y exclusivamente en la Eurocopa. Nada más. El hecho de ser profesionales y encontrarse estos días trabajando les exime de tener que cumplir con el ayuno, aunque a cambio deberán hacerlo durante unos días cuando acabe su participación en Francia.
Más casos. La coincidencia del Ramadán con la Eurocopa no sólo afecta a los turcos, sin embargo. Hay muchos más, entre ellos franceses (Kanté, Sagna, Pogba y Sissoko), alemanes (Özil y Mustafi), belgas (Fellaini y Dembelé) y albaneses (la mayoría del equipo). Tampoco en su caso harán el ayuno, a diferencia de lo que ocurrió en el Mundial con cinco jugadores de Argelia que sí lo siguieron. “Es un riesgo para el futbolista porque su alimentación previa a los encuentros no es la adecuada. Puede haber lesiones”, contó entonces el médico de Argelia, Hakim Chalabi.
Entre las comunidades musulmanas en Francia, algunas de ellas muy numerosas, la celebración del Ramadán no significa dejar de disfrutar de la Euro. “Se pueden hacer las dos cosas: rezar cuando toca y ver los encuentros. Y si coinciden, se graba el fútbol. Los rezos no se pueden grabar; el partido sí”, cuenta Amar en la mezquita de Lyon, una de las más grandes de la región. En ella se han llegado a congregar hasta 2.800 personas. Ahora, durante el Ramadán, apenas se ve a un par de ellas a plena luz del día. La actividad empieza al atardecer, justo cuando rueda el balón en la Eurocopa.
