GRUPO F | PORTUGAL 1 - ISLANDIA 1
Islandia se la lía a Cristiano
Nani adelantó a Portugal, pero en un despiste defensivo empató Bjarnason. Los de Santos dominaron mucho y remataron poco. Cristiano tuvo en su cabeza la victoria.
Islandia entró ayer en la amarga historia de Portugal en las grandes citas internacionales. La selección debutante, la 'cenicienta', la que representa a poco más de trescientos mil habitantes le hizo un roto de leyenda en su currículum a Fernando Santos y sacó de quicio a la esperada estrella de esta Euro, Cristiano Ronaldo, hasta borrarlo del partido. En Saint-Etienne se vivió una página para el recuerdo del fútbol islandés, con ese punto que supo a victoria a los atrevidos jugadores de Lagerback.
El día señalado para el festín de Cristiano Ronaldo se transformó en poco menos que una pesadilla para el crack portugués. Su sonrisa inicial, su aparente alegría en la primera parte, cuando el viento soplaba a favor con el gol de Nani, se convirtió en gesto de ansiedad, de impotencia y de inestabilidad a partir del sorprendente empate de Bjarnason.
Cristiano se sintió náufrago en el desplome de Portugal, pero se unió al hundimiento con el sello final de dos faltas horriblemente lanzadas en el minuto 93, cuando toda Portugal pensaba que su ídolo resolvería el entuerto. Pero no, ni él ni nadie salvaría lo que fue una segunda parte desastrosa.
Pasará a la historia de Islandia el minuto 50: Gudmundsson templó desde la derecha con absoluta libertad y el jugador del Basilea Bjarnason confirmó que hay muchas maneras de sacar petróleo en el fútbol, marcando con un remate sencillo, aprovechando el desvarío de los centrales de Portugal, Pepe y Carvalho. Un gol simbólico, producto de un trabajo áspero y en algunas cosas hasta prehistórico de Islandia, pero así de imperfecto es también el fútbol.
Los chicos de Lagerback se plantaron con frescura sobre el césped de Saint-Etienne, avisando en el minuto dos de que podían dar la campanada. Rui Patricio evitó un gol cantado que encogió el alma a los portugueses.
Con el libreto muy claro en la mano, en el que no hay una sola complicación táctica, Islandia desarrolló su 4-4-2 con básica naturalidad, apoyados en una condición fisica excepcional, un orden impecable y la confianza en que en algunas de las tres o cuatro ocasiones que iba a crear, llegaría a la red.
No les importó mucho Cristiano, ni tampoco Nani, aunque abriera el marcador a los treinta minutos. Islandia fue a lo suyo sin fijarse en el entorno, apretando con sus armas, siempre estabilizado con la impecable pareja Gunnarson-G. Sigurdsson, en perfecta mezcla de músculo y buen toque.
Desplome. Portugal volvió a confirmar que algo le falla en la sala de máquinas cuando llegan estas citas. No es explicable que Moutinho, André Gomes, Nani y el propio Cristiano se desplomen con un chispazo. Todo lo construido de manera eficiente, con criterio y cierta entidad en la primera parte, apuntando a una victoria apretada pero segura, se fue al garete cuando en el 50' Bjarnason dejó a Rui Patricio de piedra. Portugal se convirtió en ese momento en un manojo de nervios.
Cristiano representó con sus aspavientos la incapacidad general de su equipo. De pronto se fundieron los plomos, sin que Quaresma (alineado con urgencia a pesar de sufrir molestias físicas) ni Renato ni Eder pudieran enderezar la quiebra. Islandia se agigantó, achicó balones con cien piernas, resistió con dos centrales muy serios, apretó los dientes y supo sufrir hasta el 93', cuando Cristiano arrojó la toalla con dos tiros de faltas que mejor será olvidar.