Payet, el héroe que nadie esperaba en Francia
Hace tres meses ni sonaba para la lista de la Eurocopa y ahora es un héroe. Selló su pasaporte en los partidos amistosos ante Holanda y Rusia.
El verano de 2015, cuando Dimitri Payet dejó el Marsella para poner rumbo al West Ham, muchos lo veían sin ninguna opción de disputar la Eurocopa de 2016. El inicio de temporada así lo corroboró. A pesar de marcar muchos goles y dar asistencias, el extremo ni siquiera contaba para Deschamps, que le dejó fuera varias veces. El seleccionador galo, que tuvo al jugador a sus órdenes en el Marsella, dudaba de su capacidad para actuar al máximo nivel. La relación entre ambos siempre ha sido complicada.
Pero todo cambió hace poco más de dos meses. Deschamps dio su brazo a torcer y lo convocó para los amistosos frente a Holanda y Rusia. La apuesta salió redonda. Frente a los rusos, Payet marcó un precioso gol de libre directo y selló su billete para la Eurocopa de Francia. En competencia con Martial y Coman para el puesto de extremo izquierdo, el jugador de 29 años ganó la partida a estas dos promesas, siendo de nuevo decisivo de libre directo contra Camerún (3-2) hace menos de dos semanas.
Con un jugador tan eficiente a balón parado, Deschamps podía difícilmente dejarlo en el banquillo y optó por alinearle frente a Rumanía en el partido inaugural. Fue un verdadero éxito, con el golazo de la victoria de los anfitriones incluido. Muy completo técnicamente y, sobre todo, muy preciso en los pases, Payet se ha convertido en una arma letal para Francia y Deschamps (por fin) así lo reconoce. “No tenía dudas sobre su influencia en el juego, sobre el hecho de que podía ser decisivo. Le voy a meter en hielo para que no le pase nada”, bromeó el seleccionador tras el partido. Payet, que fue sustituido a pocos minutos del final, no pudo contener su emoción y lloró de alegría.
Se preparaba para vender ropa
Payet tuvo unos comienzos complicados. A los 11 años de edad, tras dejar la isla de Reunión, ingresó en el centro de formación de Le Havre, donde no pudo permanecer mucho tiempo. A los 18 fue recuperado para el fútbol por el Nantes. El jugador, por si acaso nunca llegaba a ser profesional, se apuntó a un curso para ser vendedor de ropa. Finalmente, firmó un contrato y dejó los estudios.