El Castilla fue vapuleado y no subirá a la Liga Adelante
El Lleida desarboló al filial con un 0-3 en Valdebebas que se unió al 1-0 de la ida. El penalti y expulsión de Abad en el 30’ fue decisivo. Exhibición del ilerdense Colinas.
El Castilla no jugará en Segunda División en la temporada 2016-17. Y no lo hará porque se despidió de los playoffs de ascenso sin ganar un partido en dos eliminatorias contra UCAM Murcia, primero, y frente al Lleida después en la repesca. En ambos cruces tuvo el factor campo a favor pero fue superado en todo momento por dos rivales correosos, curtidos y con más malicia futbolística. Contra el equipo catalán, el Castilla necesitaba remontar un 1-0 y acabó destrozado en Valdebebas (0-3)…
A la Generación Mayoral se le escapa un ascenso que se trabajó a conciencia durante el año, acabando campeón del Grupo II, pero que se le fue en los postres de la manera más triste posible. No dio sensaciones de tener opción alguna. Y los de Ramis no tienen excusas a las que agarrarse. Recibir ocho goles en cuatro partidos contra aspirantes directos en eliminatorias es pegarse un disparo en el pie en toda regla. Esta vez, todo lo desencadenó la expulsión del portero castillista Abad por derribar a Colinas cuando le encaraba en el mano a mano. Penalti, roja y 0-1. En el minuto 30. Final con una hora de adelanto.
Lo peor para el Castilla es que Mariano tuvo una clarísima en los primeros compases que hubiera dibujado un panorama mucho más halagüeño. Pero no hubo más. Ramis intentó abrir desde el inicio al equipo ilerdense, cerrado como una ostra, dejando en el banquillo a Odegaard (prácticamente un extra de rodaje en los tres partidos anteriores) y tirando de Álvaro para incidir desde a banda derecha. No le fue mal, pero Idiakez ganó la partida de los banquillos. Desactivó al Castilla con un movimiento tan simple como dejar un pequeño dron en la punta. Situó a Julen Colinas (1,72 metros de altura) de falso nueve a la espera de aprovechar una puerta abierta entre los centrales castillistas, un mal endémico del filial. Ocurrió en el 10’, pero la vaselina de Colinas se fue alta por un palmo. La segunda, fue letal. Penetró en otra brecha entre Lienhart y Salto y Abad tuvo que mandarlo al césped de una patada. Una tarjeta roja que fundió al Castilla.
Mayoral y Mariano encabezaron una tímida reacción pero el filial estaba desconectado. El Lleida fue manejando el partido y reloj a su antojo, desbrozando a base de contragolpes el ya de por sí raquítico entramado blanco. Colinas le dio más relevancia a su partido mayúsculo con un gol en el que volvió a dejar en evidencia a Salto y Urko Arroyo le hizo un doble regate a Tejero para apuntarse el 0-3.
El Lleida pasa la eliminatoria final por el ascenso mientras el Castilla aprende una lección de la manera más dura posible: para subir a Segunda no sólo vale la calidad individual. O te gradúas también en picardía o te vas de vacaciones antes de tiempo.