Euro de la seguridad invisible
Tranquilidad en las sedes de Francia 2016 a dos días de que arranque el campeonato y en los accesos a las sedes donde se jugarán los partidos.
Se ha hablado tanto de seguridad en torno a la Eurocopa que uno se había hecho a la idea de que el acceso al país, estadios y centros de prensa iba a ser algo así como intentar colarse en el Pentágono. Noticias como que el gasto de seguridad había aumentado un 15 % sobre el presupuesto previsto tras los atentados del noviembre pasado en París; el reconocimiento por parte de de Jacques Lambert, presidente del comité Organizador de la Euro de que “el riesgo cero no existe” y medidas tan espectaculares como la inspección por parte de artificieros el mes pasado de las habitaciones donde dormirán los jugadores habían creado una cierta paranoia respecto a que la competición podía desarrollarse bajo un estado militar. Eso, sin contar con las huelgas previstas o en curso.
De momento, normalidad absoluta. El equipo de este diario llegó ayer por carretera a Burdeos y no se notó ninguna actividad de seguridad que llamase la atención. Los centros de acreditación, así como el estadio Matmut Atlántico estaban protegidos ayer únicamente por simpáticos voluntarios y miembros de una empresa de seguridad, que se limitan a comprobar la acreditación y a inspeccionar por encima el maletero del coche. Ni rastro de furgones policiales, ni el ejército ni nada que que llame la atención.
La seguridad preocupa mucho a los organizadores, pero la intención es la de no alarmar a los millones de visitantes que espera Francia que acudan a los estadios desde todo el mundo. Se busca una seguridad invisible. Basada en controles de cámaras y filtros en los accesos más que en poblar las calles de gendarmes pertrechados.
Más que los estadios, el principal quebradero de cabeza para Ziat Khouri, director de seguridad del torneo, son las Fan Zones donde pueden llegar a acumularse más personas que en los campos.
Si la Gendarmería mantiene la calma, lo mismo pasa con los cuerpos policiales españoles. Los Mossos d’Esquadra no han aumentado la vigilancia en las carreteras catalanas que llevan a Francia. “Seguimos estando en un grado de alerta alto, el cuatro, desde los atentados de Charlie Hebdo en enero del 2015. Así que no hay que nada excepcional”. Por su parte, la Policía Nacional mantiene “el contacto fluido con la Gendarmería, pero no hay previsto impermeabilizar fronteras”.