El Mallorca cumplió su parte, ganó en el José Zorrilla (1-3), y se benefició de la derrota de la Ponferradina para salvar la categoría en la última jornada ante un Real Valladolid sin la tensión competitiva necesaria tras haber cerrado su salvación en la jornada anterior. Pese a ello, no se le puso fácil la cosa, porque el Valladolid salió sin nervios y se impuso en los primeros minutos. Fruto de este dominio, Villar se aprovechó de un pase interior a la espalda de la defensa para plantarse solo ante el meta mallorquín y batirle en el mano a mano. La peor de las pesadillas para los visitantes se cumplía, más viendo que los de Alberto contaron con dos ocasiones muy claras para aumentar el marcador, en especial en una jugada con dos sombreros dentro del área de Del Moral, cuyo disparo se fue a la red por encima del larguero en un tercer intento de ponerla por encima, esta vez del portero.
Fernando Vázquez reaccionó y colocó a Brandon, que empezó en la banda, más cerca del área, más pegado a Ortuño. El cambio de colocación del canterano balear no le pudo salir mejor a su equipo ya que a la media hora empató en una bonita volea ante la que nada pudo hacer el debutante Varela. Con el empate, el Mallorca se desmelenó, buscó con insistencia el segundo gol y acumuló muchísimas ocasiones, cerca de 20, incluido un remate al palo de Sissoko, hasta que, de nuevo, Brandon se aprovechó de la indecisión de la defensa local para marcar justo antes del descanso. Era el justo premio a la mayor intensidad y mordiente de los baleares.
En la segunda parte, el Mallorca no arriesgó, sabedor de que ese resultado le bastaba para salvarse conociendo el resultado de El Toralín. El Valladolid se mostraba carente de peligro y Pereira sentenció el partido desde fuera del área en otra jugada hilvanada de los baleares. Lo intentó tímidamente el Valladolid que pudo reducir distancias en otra clara ocasión de Villar, pero su intento de vaselina se fue fuera. De ahí al final, los bermellones controlaron el partido, no dieron pie a ninguna sorpresa y con el gol del Girona en Ponferrada se creyeron completamente lo que serán la temporada que viene: equipo de Segunda División.