"Sólo quería descansar; la pena es que no me creyeran"
El director deportivo del club andaluz ha afirmado en la radio de la entidad que no tenía ofertas de nadie y que le entristece que no le crean.
¿Cómo está?
Asimilando todo lo que ha pasado y asumiéndolo. Evidentemente, tengo la sensación de no haber conseguido lo que pretendía pero asumiendo que podía pasar, desde el primer momento que planteé la posibilidad de salir. También estoy algo triste porque no he sido capaz de que nadie me creyera. Es la pena más grande que tengo, no convencer a casi nadie de algo tan sencillo como lo que planteaba. Si no conseguí lo que pretendía es porque no lo planteé correctamente. Pero para mí, desde el martes a las 20:30 esto es historia, estoy volcado en mi trabajo aunque sí tenga la pena de que la gente no haya creído lo que pretendía.
¿Pena?
Quizás era demasiado sencillo lo que planteaba y por eso nadie me ha creído. Hace un mes, tras un año muy complicado, me doy cuenta en mi entorno familiar que hay algo que no va bien dentro de mi cabeza. Para mí, perder los tres últimos partidos de Liga, que no nos jugábamos nada, me cabreé y me amargué más que la alegría de ganar en Basilea. Reflexioné con mi familia y creía que era el momento de parar. Soy más sevillista que director deportivo y eso se refleja en estas cosas.
Momento: No quería salir del Sevilla con mal sabor de boca y tras las finales decidí dar el paso. Tenía fijado el martes tras las celebraciones como fecha para hacerlo pero apareció la duda. Mientras seguía trabajando en la planificación, aunque la lucha seguía. El domingo volví a estar con mi familia y decidí dar el paso para comunicárselo al Consejo el lunes siguiente. Hago un paréntesis: no pude elegir un día peor, el presidente tenía un asunto muchísimo más importante que tratar que Monchi y por ello le pido perdón. EL Consejo fue normal y tranquilo. Tras exponer cómo iba a hacer la planificación comuniqué mi decisión.
¿Cómo fue?
Yo pedí que me dejaran irme del Sevilla, porque soy consciente de las cláusulas de mi contrato. Necesitaba descansar. Simplemente eso. Descansar. No fui agresivo porque tuviera ofertas, lo fui porque yo mejor que nadie conozco a Monchi. Porque si no lo resuelvo de inmediato no consigo lo que quería, que repito que era descansar. El primero que hubiera evitado que Monchi se fuera del Sevilla es Monchi. Tenía la urgencia por mí. ¿Cuál era el momento? ¿Cuál era la forma? No hay ni un día en el calendario.
Consejos: Mi hijo me decía que no me fuera y, si lo hacía, que hiciera la planificación y me hubiera ido el 1 de septiembre. Era una opción, pero si yo avisaba al Consejo el lunes de esto el martes ya se sabría. Porque todo se sabe. Y al final no me hubiera ido, seguro. ¿Y si el 1 de septiembre el equipo va como este año y digo que me voy? Habría dejado al equipo tirado, me habría peleado con el entrenador, habría traicionado al Sevilla... No hay ningún momento bueno para mi salida y repito, si consigo que uno más me crea ya soy feliz, mi intención era descansar. No tengo ninguna oferta de nadie, pero entiendo que nadie me crea, porque es algo tan sencillo que es difícil de creer.
Críticas: Hay muchas personas que no me conocen y estos días me he dado cuenta. Creo que han pensado que Monchi estaba haciendo eso porque es lo que hubieran hecho ellos. Sólo quería descansar, me estaba comiendo por dentro.
¿Cómo ha actuado el club?
Creo que el club ha hecho lo que Monchi hubiera hecho: poner por delante al Sevilla de Monchi. Si el club ha considerado oportuno que para salir del Sevilla tengo que cumplir mi contrato, es lo que tenía que hacer. El club ha hecho bien. Hay un contrato y una cláusula. Me hubiera gustado que hubieran valorado mi necesidad pero legítimamente han hecho lo que tenían que hacer. Cuando pedí mi marcha es la primera vez en 28 años que he puesto a Monchi por delante del Sevilla. De todo lo que ha pasado, lo que con más normalidad asumo es cómo ha actuado el club.
Cláusula: No me voy a ir nunca del Sevilla pagando mi cláusula. No puedo salir del Sevilla nunca por la puerta de atrás. Llevo 28 años aquí y el día que salga, de frente. No hay que mirar más para atrás. Tengo que dar públicamente las gracias a todos los que me han apoyado. Y sí, también pedir perdón a todos aquellos que han sufrido, han dudado o les he podido hacer daño. Vuelvo a decir lo mismo, sólo quería descansar y desconectar.
¿Y ahora qué?
No van a quedar secuelas. El Sevilla está muy por encima. Sé perfectamente desvincular las cosas. Sí, evidentemente sigo necesitando ese descanso, pero creo que también hay formas y maneras para paliarlo y que ese bloqueo no vuelva a producirse. Es lo que se dice en estos casos pero es la verdad, si cabe me voy a entregar más que siempre, porque a esos sevillistas a los que pido perdón les debo ese esfuerzo. Estoy convencido de que nos volveremos a ilusionar y que pelearemos por los éxitos que todos peleamos. Mi mayor alegría es hacer felices a los sevillistas y ése va a volver a ser el objetivo.
¿Había otra solución?
Eso me preguntaron en el Consejo y sólo veía una: quitarme el cerebro y ponerme otro. Voy a intentar cambiar cosas pero sin aminorar el paso en mi forma de trabajar. Eso no lo puedo cambiar, pero hay cosas que vamos a intentar entre todos. No voy a levantar ni un milímetro el pie del acelerador, porque el club ha crecido haciendo eso. Donde aporto valor, a hierro, en otras cosas que hacía y que igual creía aportaba cosas, las vaya dejando de lado.
Planificación: No voy a trabajar con mucha ilusión, lo voy a hacer con más. Pongo un ejemplo muy gráfico. El lunes a las 14:30 fue el Consejo donde comuniqué mi decisión y por la tarde estaba negociando un fichaje con unos agentes. Y al día siguiente, igual. Mi sentido de la obligación es tan grande que no concibo otra cosa. No tengo la sonrisa en al cara cuando leo el papel de los fichajes porque no lo tengo terminado como el año pasado.
Forma de ser: en mi barrio me llamaban "el picaíto", porque me marcaban un gol y me echaba a llorar. Soy un tío insufrible, pero soy así.