Finlandia enseña las carencias de una Bélgica anodina
Los de Wilmots sólo pudieron cerrar un empate en el 89' con un gol de Lukaku. Hämäläinen retrató a la zaga belga. Hazard, desaparecido.
Finlandia, número 61 del ranking FIFA y ausente en Francia, mostró las carencias de una triste Bélgica, exigua de fútbol y pegada. El equipo de Wilmots, catalogado como el posible gran tapado de la Eurocopa, decepcionó en un envite, a priori, de poca enjundia. Un encuentro revelador que pone de relieve los problemas estructurales defensivos de ‘Los Diablos Rojos’ y que evidencia, a su vez, la necesidad imperiosa de aumentar su cuajo competitivo para lucir en el máximo torneo europeo.
El primer tiempo, como se presuponía, fue un monocultivo belga. A los hombros de De Bruyne, Bélgica empezó con brío. El futbolista del Manchester City capitalizó la ofensiva, conectando con cierta continuidad con Origi y apoyándose en Batshuayi. El goleador del Olympique de Marsella disparó a la mano de Hradecky. Fue un mero espejismo. Sufre la selección de Wilmots ante rivales cerrados atrás. Witsel y Fellaini, centrocampistas de jerarquía, no dieron nunca con la tecla adecuada para verticalizar el juego y desajustar el numeroso y disciplinado entramado defensivo de Finlandia, con cinco hombres atrás. Hazard no ayudó a la causa. Sigue desaparecido tras una temporada anodina en el Chelsea.
A balón parado Bélgica fue otra. Su dominio de la estrategia le ofrece un recurso que otras selecciones no tienen a mano. De Bruyne es una lanzador extraordinario y futbolistas como Fellaini o Vertonghen manejan los tiempos del remate con absoluta habilidad. Ambos pudieron desabrochar el marcador, pero no era la noche belga. Lanzó 17 córners con cierto peligro, sin la suerte del gol.
Con Bélgica gripada, Finlandia se rebeló tras el descanso y encontró una autopista a la espalda del Alderweireld. Raitala, ex de Osasuna, desnudó al central del Tottenham, desubicado por completo. Denayer también perdió el sitio y Vermaelen se dejó ganar el pulso con Hämäläinen. No encuentra Wilmots solución en el lateral derecho. Ante la falta de futbolistas específicos para ese puesto, apostó en el primer amistoso contra Suiza por un desdibujado Witsel. Alderweireld también se desmayó en un rol en el que nunca se ha sentido cómodo. Tampoco rinde Vertonghen, su compañero de zaga en el Tottenham, como debería en la otra banda.
Bélgica reaccionó con descaro al golpe, pero se quedó a mitad de camino. Bajo la mirada de Carrasco en la grada, la irrupción de Mertens y la insistencia de De Bruyne relanzaron el ataque local. Lukaku, del que pocos dudan de su titularidad, ocupó con poderío el área y exhibió su destreza de cara al marco rival firmando el empate. Hazard pudo sellar después la remontada en una jugada de su manual ante la que Hradecky volvió a aparecer. Finlandia aguantó el cuerpo a cuerpo final atando un resultado que incendia la incertidumbre de Bélgica. Al equipo de Wilmots le queda mucho por recorrer.