Locura y tensión en Leganés por las entradas para Miranda
Muchos aficionados optaron por recorrer 340 kilómetros para comprar en Miranda de Ebro las 830 entradas que el club anfitrión ponía a la venta.
Los accesos a Butarque se desbordaron ayer durante la venta de las entradas con las que contaba el Leganés para el partido que el sábado disputará en Miranda de Ebro, ése en el que podría conseguir el ascenso a Primera.
El club anunció que las taquillas abrirían a las 17:00 para ofrecer a sus socios 868 localidades (además de las 300 que ya vendió la Federación de Peñas), aunque después las redujo a 500 por compromisos con jugadores y cuerpo técnico. La relevancia del partido y la escasez de papel hicieron que los pepineros ‘acamparan’ ya a las 08:00 de la mañana.
A eso de las 10:00, la movilización obligó al Ayuntamiento a llamar a la Policía para asegurar el orden. Sobre las 16:30, y con casi 1.200 personas bordeando el perímetro, arrancó la venta. A las 18:57 se paró. Ya no quedaba más billetes, aunque sí algunas plazas en los 22 autobuses que la entidad fletará.
El último en adquirir una localidad fue José Carlos Merino, hincha del Lega de 28 años y socio blanquiazul desde que tenía siete primaveras. “Esto es mejor que la Lotería” comentaba azorado por la emoción de tener en sus manos tan preciado tesoro. “Me puse a la cola a eso de las 10:30. He tenido que esperar más de ocho horas. ¿Reventa? ¡Ni loco!”, gritaba con la voz aún temblorosa. Su peripecia acabó con final feliz. No pudieron decir lo mismo los casi 800 aficionados que se quedaron a las puertas de Butarque sin localidad y que, como le ocurrió a José Carlos, aguantaron casi todo el día para tratar de adquirir unas entradas que, finalmente, volaron. El club finalmente habilitó una lista de espera de 200 hinchas, aunque la mayoría acabaron bastante enfadados.
Ante semejante panorama, muchos fueron los que decidieron acudir directamente a Anduva, a 340 km, a adquirir allí las entradas que vendía el Mirandés. Unas 830 que también se agotaron a última hora de la tarde. “Yo tenía un par de amigos que me propusieron ir allí para comprar entradas. Al final nos desdoblamos. Yo me quedé esperando aquí por si acaso y ellos se han marchado. Al final yo no lo he conseguido, pero ellos sí”, relata Floro Hernández, también veterano socio pepinero quien, tras casi siete horas de espera, se quedó también sin localidad en Butarque, pero no en tierras castellano-leonesas.
El Leganés reconoció sentirse desbordado, pidió comprensión y anunció que ha pedido 1.000 entradas más, aunque, debido al reducido tamaño del estadio (6.500 espectadores) y a los 4.500 abonados rojillos, será casi imposible.
“Esta experiencia vivida y totalmente nueva para el Club, la cual ha desbordado todas sus expectativas, le servirá como aprendizaje para mejorar en el futuro y solventar las incidencias detectadas en la organización”, reflexionó a última hora de la tarde la entidad a través de un comunicado en el que también se recordó que el club ha tratado de gestionarlo con la mejor intención, fletando autobuses gratuitos y sigue trabajando para encontrar el modo de disponer de más localidades a pesar de la dificultad que supone ante el reducido aforo de Anduva”.
La reventa a través de Internet es ya una realidad. Varios son los anuncios que se pueden encontrar de socios del Mirandés e incluso de dueños de entradas compradas en Butarque, que ofrecen sus asientos por precios que rondan los 100 euros (la entrada cuesta 20). También son muchos los socios del Lega que se han lanzado a las redes sociales reclamando alguna entrada a hinchas rojillos ante el sueño de ver al Leganés ascender a Primera.
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