Odisea del Ilicitano en Lanzarote para seguir vivo en el playoff
La expedición fue rociada con harina, tardó 5 minutos en acceder al vestuario y se tuvo que atrincherar una hora en las instalaciones para evitar incidentes.


El camino del Elche CF Ilicitano hacia Segunda División B continúa, aunque la primera parada ha estado repleta de incidentes y obstáculos. El filial franjiverde apeó el domingo al Lanzarote, uno de los favoritos, tras ganar por 2-0 en el Martínez Valero y empatar 1-1 en tierras canarias. La noticia, sin embargo, estuvo alejada del balón por culpa de la actitud de un sector de la afición de Arrecife y, sobre todo, del entrenador local, Adolfo Jesús Pérez.
Los ánimos venían caldeados de la ida. Al Lanzarote no le sentó bien afrontar el primer duelo en el Martínez Valero. El Elche CF eligió este escenario aprovechando que la primera plantilla no jugaría el playoff; que la expectación era superior al aforo del municipal Díez Iborra (2.000 espectadores); y que el calor y las dimensiones (105x70 metros) beneficiarían a la juventud del filial. El 2-0 (Nuha y Sory) y los tres mil ilicitanos en las gradas dieron la razón a Vicente Parras.
Tras el partido, hubo algún roce entre jugadores. Desgraciadamente, por lo habitual, nada más allá de un calentón donde las opciones de ascenso estaban en juego. Lo sonado vino en la sala de prensa. Adolfo Pérez cogió el micro (sin contar con el jefe de prensa Antonio Chaves) para despacharse a gusto. “Esperaba más público. No sé por qué hemos venido al Martínez Valero, el campo más grande de España, con tan poca gente (…) Si piensan que la vuelta va a ser como aquí, no andan muy bien. El encuentro será totalmente distinto. Llevamos 40 partidos sin perder en la Ciudad Deportiva. Lo vais a pasar mal (…) El ambiente va a ser jodido, muy jodido, ya te lo digo yo…”, desafió a los medios locales.
Este pasado domingo se disputó la vuelta en Lanzarote. El Elche CF Ilicitano se topó con la primera sorpresa nada más llegar el autobús, donde numerosos aficionados esperaron a que bajaran técnicos, auxiliares y jugadores para rebozarlos con harina. Se encendieron bengalas y se profirieron insultos para presionar a la joven plantilla rival. Durante el calentamiento siguieron las hostilidades. Los acompañantes del Ilicitano (el directivo José Alberola y su señora, y los técnicos Domingo Grau y Gerard Nus) tuvieron que ver el encuentro desde las cabinas de prensa.
El gol de Nuha Marong sentenció la eliminatoria (0-3 en el global). La atención se alejó aún más del verde. Los jugadores del Elche tuvieron que esperar cinco minutos para entrar al vestuario en el descanso por motivos de seguridad. Así lo reflejó el árbitro en el acta, ante la atenta mirada del delegado federativo solicitado por el club ilicitano ante lo que le esperaba en las islas. Tras una segunda parte en la que el Lanzarote solo igualó el resultado de vuelta (1-1), el final fue aún más accidentado. Hubo agresiones a varios jugadores (Álex Alonso y Javi Llor, que terminó con heridas en el cuello) y al preparador de porteros Paco Herrero.
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El filial se atrincheró una hora en el vestuario para salir de la Ciudad Deportiva de Lanzarote. Fuera esperaba un millar de aficionados canarios, que poco a poco fueron disuadiéndose ante la presencia de la Policía Nacional y Local, que en efectivos se quedó corta y apeló a calmar ánimos para evitar males mayores en caso de apelar a la mano dura. Mientras tanto, Adolfo Pérez, entrenador del Lanzarote, volvió a mostrarse más ofensivo ante el micrófono que en el campo: “Esto es parte del fútbol, son nervios típicos de un playoff. ¿Que si se ha calentado el partido? Preguntadle al delegado del Elche cómo nos trató. Yo no soy moro, soy español. Me gustaría que la pobre gente de Marruecos viviera como nosotros. Vivimos en una sociedad en la que respetamos a todos y eso, quizá, en Elche no sepan hacerlo. Por eso fueron castigados en 2013 por gritos racistas y xenófobos”.
Finalmente, la plantilla del Elche Ilicitano abandonó las instalaciones por otra salida y se enclaustró en el hotel de concentración, con las indicaciones de la Policía de no salir por la noche para celebrarlo. O, en caso de hacerlo, que no fuese con ropa identificativa del equipo. Ahora la Federación tendrá que analizar el acta arbitral y el resumen del delegado informativo para decidir si sanciona al Lanzarote, que no se ha pronunciado sobre estos hechos. Antiviolencia solo actuaría si hay denuncia del Elche CF (aún no está decidido) o si la Policía Nacional informa de lo sucedido. La casualidad ha querido que el sorteo haya deparado otro cruce en las Islas Canarias en la siguiente ronda, donde espera el Villa de Santa Brígida, en Gran Canaria. Los ilicitanos esperan que el destino sea igual de afortunado, pero mucho menos accidentado.



