A todos nos extraño que con cerca de 7.000 entradas repartidas y 12.000 abonados, ante el Albacete no fuéramos 11.000 personas en el estadio... ¿Qué explicación dan desde el club? —Explicación como tal no tenemos. Los abonados se sacan el carnet para toda la temporada y luego vienen cuando quieren. Lo que cuesta más es entender que alguien salga de su casa, vaya a por las entradas para luego no acudir al estadio. A los primeros que nos extraña es a nosotros. Lo más positivo es que los 10.500 que fueron, acudieron con la intención de animar al equipo y todo lo que prepararon las peñas llevó en volandas al equipo. Por dar explicaciones podemos señalar que el equipo no está haciendo una buena temporada, hemos dado un paso atrás en el objetivo y son cosas normales.—De las cerca de 7.000 entradas que repartieron de manera gratuita ¿cuántas se usaron? —4.949, casi 5.000, lo que quiere decir que hubo 2.000 que se retiraron y no se usaron. Me llama la atención. Entiendo que si vas a por ellas es para usarlas.—Más preocupante me parece, sin embargo, que de los 12.000 abonados sólo acudieran 5.336... —Eso sí que nos ha sorprendido muchísimo y nos preocupa. Lo tenemos que analizar y ver lo que podemos hacer para intentar cambiar esta sensación de enfado del abonado que no quiere estar cerca de ti en un partido tan importante.—¿Falta identificación o qué causas cree usted que hay para que pase esto? Porque es una tónica en toda la temporada en la que la media podría estar alrededor de 8.000 espectadores... —Al final es el tercer año de decepción. Cualquier aficionado de cualquier equipo o cualquier deporte lo que quiere es ganar. Si no ganas te cabreas y te decepcionas. Yo prefiero que se enfaden antes de que pasen. Yo estoy seguro de que Braulio intenta hacer el mejor equipo, nosotros tomar las mejores decisiones posibles. Aquí sólo se equivocan los que toman decisiones. Reconozco que el hecho de que vengan 5.000 abonados de 12.000 es preocupante.—En el encuentro ante el Lugo, cuando se anunció la asistencia (en el estadio se anunciaron 7.803 y en la web del club ayer aparecían 6.627) hubo un murmullo de incredulidad. ¿Es posible manipular las cifras de los tornos? —Manipular los tornos es imposible. Hay unos datos que dan los tornos y la única diferencia que puede haber sería el número de niños de colegios que tienen entradas especiales. No ganamos nada manipulando los datos, lo que pasa es que parece que demos los datos que demos y alguien no está de acuerdo, el club está mintiendo, pero, ¿qué necesidad tenemos?. Ahora hay unos aforos, hay un programa que emite las entradas, que queda marcada, y sobre ella tenemos que pagar impuestos. Los tornos marcan quién, cuándo y por el torno que han entrado los abonados y los dueños de las entradas.—Le imagino ya trabajando en la campaña del año que viene. ¿Qué puede adelantar? —Nada. Estamos valorando diferentes opciones. Todavía es pronto. Intentaremos hacer la mejor campaña que podamos. La mejor campaña es hacer un buen equipo, un buen proyecto.—¿Les preocupa que esa decepción acumulada pueda influir en la campaña? —Está claro que cuando alguien está decepcionado le cuesta más dar un paso para lo que sea. Nos preocupa convencer a la gente de que necesitamos su apoyo. Los clubes con mucho apoyo social suelen estar arriba. En Segunda es importante el importe de los abonados, pero al final, un club sin masa social no es nada.—El contrato televisivo bajará el año que viene por lo que la masa social toma especial relevancia... —Sí, en Segunda la partida por abonados es mucho más importante, pero más que el dinero lo importante es el apoyo.—¿Por qué cree usted que la identificación con el Real Valladolid ha bajado? —No creo que sea una sola causa. Hemos hecho estudios de mercado con los abonados que no renovaban y no aparecía una causa clara o común. Hay infinidad de causas. Nosotros siempre tenemos canales abiertos de comunicación para cualquier sugerencia. Tenemos planes para abrirnos más a la ciudad. Debemos hacer algo con el tema de los jóvenes. Porque el precio está bien, no es el problema. Para mí no hay camiseta más bonita que esta, ni colores más bonitos, ni escudo más bonito, y lo que tengo claro es que no va a venir nadie de fuera de defender lo nuestro.