Al árbitro se le amontonó el descaro contra el Zaragoza
La injusta expulsión de Dorca (38’) marcó un partido que el equipo aragonés iba ganando 0-2. Julio Álvarez e Íñigo Pérez empataron para los sorianos.
El Zaragoza se jugaba medio ascenso directo en Soria y no pudo dar el paso adelante que necesitaba. Se llevó sólo un punto de Los Pajaritos después de que el Numancia le igualara, a cuatro minutos del final, un ventaja de dos goles que llegó a parecer definitiva. Pero tras el 0-2 todo se puso en contra del equipo aragonés: el infortunio en los dos goles locales, desviados a la red por sus propios defensas, y, sobre todo, la expulsión en el minuto 38 de Dorca, una decisión injusta y que condicionó por completo el partido. A López Amaya se le amontonó otra vez el descaro contra el Zaragoza, igual que la temporada pasada frente al Tenerife.
El Real Zaragoza empezó al galope y llegó a ser un vendaval en Los Pajaritos. Nada más comenzar, Ángel ya pudo inaugurar el marcador con una vaselina que salió rozando el larguero, y antes del cuarto de hora, Munir impidió un cabezazo de Hinestroza en la misma boca de gol. Pero el premio a la insistencia no tardó en llegar. En dos minutos fantásticos, del 20’ al 22’, el Zaragoza dio dos zarpazos mortales. El 1-0 llegó en una jugada de estrategia, en un libre indirecto que abrió Lanzarote a la banda derecha para Rubén y que el central, desacostumbrado a estas lides, sirvió raso y preciso para que Ángel embocara ala jaula. Inmediatamentedespués, Luis Valcarce se equivocó en un envió y Lanzarote, a bote pronto, mandó un zurdazo inapelable ala red. Suquinto gol del campeonato, todos ellos de bandera.
El partido parecía resuelto, con el Numancia impotente para detener la avalancha zaragocista, que pudo engordar su ventaja con un disparo envenenado de Ángel, pero el equipo de Arrasate se encontró con una falta muy polémica al borde del área y supo aprovecharla. Julio Álvarez, el mejor especialista de la categoría, tuvo esta vez toda la suerte del mundo, porque su disparo rebotó primero en Ángel y después en Lanzarote y acabó despistando a Manu Herrera.
El partido se volvió a abrir y todavía más que lo haría con la injusta expulsión de Dorca, por una segunda amarilla en apenas nueve minutos por una mano absolutamente involuntaria.
Con un jugador menos, el Zaragoza se dedicó a defenderse durante casi toda la segunda parte hasta que a cuatro minutos del final Isaac desvió con su puntera un disparo desde fuera del área de Íñigo Pérez y se consumó una igualada que en el descuento pudieron deshacer Dongou, Culio y Diamanka.
El Zaragoza sigue cuarto, pero ya todo está más difícil, tanto como el descaro que mostró López Amaya.