Aduriz tumba al Sevilla en la despedida soñada de Gurpegui
Los de Valverde ganaron a un rival con muchas rotaciones y finalizan quintos tras la derrota del Celta ante el Atlético. Gurpegui dijo adiós al fútbol en activo.
Fue una despedida a la altura de un león de los de antes. Carlos Gurpegui recogió sus garras y se marchó de San Mamés vitoreado, con la sonrisa de oreja a oreja, como soñaba. Lloró de orgullo y alegría, agarrado a sus dos hijas, con el cuadro de Pichichi a un lado y en el centro del campo. “Siempre os llevaré en el corazón”, dijo. Luego dio la vuelta de honor. Se ha partido literalmente la cara por el Athletic durante década y media y lo deja en Europa, quinto. Futbolista de equipo en la máxima expresión, no hubo mejor regalo para él que Aduriz, su gran amigo, zurciese la victoria europea con dos goles.
El Sevilla resultó amable y blando atrás, como toda la temporada en los viajes ligueros. Su fiereza en el Sánchez Pizjuán le ha dejado en la séptima plaza. Se va del campeonato sin ganar fuera. Después de que Iraizoz sacase una buena mano a Iborra, llegó el primer regalo defensivo de los de Emery. Cristóforo perdió un balón ante Aduriz en zona peligrosa, conectó con Raúl García y su disparo fue desviado por Sergio Rico. Allí estaba el omnipresente Aritz, el mejor goleador nacional. 1-0 y celebró aplastándose la nariz por el chato Gurpegui, que se la ha partido dos veces por el Athletic. Hubo recuerdos de la grada para Llorente, en el banco. Sigue sin pisar San Mamés.
Llegó el minuto 18, el del dorsal del homenajeado, y el público se puso de pie a corear su nombre. Emoción a flor de piel. Aduriz, cómo no, le haría doce minutos después su segunda dedicatoria con una volea de clase a centro medido de Susaeta. El goleador no llegó a 38 tantos al filo del descanso por Sergio Rico, que evitó mayor sonrojo tras un error de N’Zonzi. En el otro área, sólo Iborra volvió a amenazar. Esta vez de cabeza. El ímpetu de Balenziaga por molestarle en el remate le llevó a lesionarse contra el poste.Carambola. Llegaban buenas noticias desde el Calderón con el 2-0 del Atlético y, de repente, una acción a la contra entre Curro y Juan Muñoz puso el 2-1. Pero Raúl García zanjó las dudas con un cabezazo de postín, para mandar a la red un mejor centro de Susaeta.
A partir de ahí, con San Mamés entregado a Gurpegui, que fue relevado por Rico en el minuto 86 y dio el relevo en la capitanía a Iraizoz, el único invitado de más fue el colegiado, que al final sacaría tres rojas. El de Andosilla se fue por la puerta grande, como un mito.