Zidane: fiel al 4-3-3, Casemiro de ancla y mejoró a Gareth Bale
‘Zizou’ encontró su once de gala sin James ni Isco. Hizo una mini pretemporada en enero diseñada por los preparadores Requena y Msaidie.
Lealtad total al dibujo. Zidane desembarcó en el Real Madrid el 4 de enero y lo anunció de inicio: “Jugaré un 4-3-3”. Cuatro meses después sigue manteniendo fidelidad absoluta al esquema. Si Benítez lo alteraba pasando a veces al 4-4-2 para tener más control del juego, a Zizou no le ha temblado el pulso ni con las bajas de Cristiano, Benzema y Bale (la principal razón para el 4-3-3) en diferentes tramos. Sin el portugués y/o el galés, turno para Lucas Vázquez. De faltar Benzema, Jesé o Borja Mayoral han sido el reemplazo.
Vio la luz en Casemiro. Zidane sufrió un flechazo repentino con el brasileño. Sólo así se explica que en sus primeras ocho jornadas Casemiro apenas tuviera 21 minutos de juego. Pero llegó el 0-1 en el derbi y la queja de Zizou. “Hay que meter más la pierna”. Casemiro fue la novedad al partido siguiente (en el Ciutat de Valencia) y dotó de equilibrio al equipo. Ya no ha perdido el cartel de titular. Incluso marcó un gol esencial en Las Palmas. Casemiro, Kroos y Modric son un trío inamovible si están bien.
‘Indómito’ Bale. El galés ha sido el futbolista más mejorado en la era Zidane. En el debut del galo ya le hizo un hat-trick al Depor. Zidane ha mimado a Bale, le protegió durante su último problema en el sóleo (del que recayó) y el galés ha vuelto imparable. Zidane le pidió un paso adelante durante la lesión de Cristiano y en Vallecas levantó prácticamente solo un 2-0 del Rayo. “Necesitábamos a Gareth y lo hizo fenomenal”, le felicitó el francés. La semana siguiente su cabeza le dio también al Madrid el 0-1 en Anoeta... En total, 10 goles de Bale en apenas 617 minutos en Liga con Zidane.
Carvajal, el dos. A diferencia de Benítez, que consideró a Danilo titular por la influencia de su alto coste (31,5 millones de euros), Zidane se ha decantado por Carvajal para los días grandes. Contribuyó a ello también que el brasileño quedase sepultado por su nefasta noche en Wolfsburgo y sus nulos resultados como recambio (ante la Real perdió ¡21 balones!). El internacional español jugó el partido clave en la remontada, el 1-2 del Camp Nou que reabrió la pelea. Secó a Neymar.
Sin James ni Isco. Benítez dejó señalados a James e Isco, un aspecto que no le gustó a Florentino, pero Zidane se ha mantenido firme en una línea parecida y no le pesa el precio del colombiano (80 millones) ni el desplante que le hizo el malagueño al ser sustituido en el Gran Canaria. Al llegar prometió que les daría “cariño”, pero no pasan de ser una especie de segunda unidad para dar refresco a Kroos y Modric en forma de rotaciones. El once de gala se recita sin ellos.
Afín a la plantilla. Eliminó la crispación Benítez-jugadores. Su llegada devolvió al vestuario el clima agradable que reinaba con Ancelotti, de quien fue ayudante el año de la Décima. “Hay que estar cerca de los jugadores”, ha dicho sin cesar. Tiene ascendencia sobre el equipo y sintonía con los pesos pesados. El efecto apaciguador también le funcionó con el Bernabéu. Su presencia ilusionó a una grada que antes de su llegada cantaba “¡Florentino, dimisión!”. Incluso se venden camisetas con su nombre y el 5 que portaba como jugador.
Un plan físico. Ha presionado al Barça ganando los últimos 11 partidos y logró diez puntos en los últimos 10 minutos. Eso ha sido posible gracias a su plan de hacer una mini pretemporada en enero diseñada por los preparadores Bernardo Requena y Hamidou Msaidie. Zidane detectó ese punto débil (“Hay que mejorar el físico”) y ahora tiene al equipo afilado para el esfuerzo final.
