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MIRANDÉS 1 - HUESCA 0

Ion Vélez complica al Huesca

Un gol de Vélez dio los tres puntos al Mirandés ante el Huesca. Los burgaleses se quedan a 5 puntos del play-off, los aragoneses 2 por encima del descenso.

Ion Vélez complica al Huesca
Alfonso ReyesDIARIO AS

Un solitario gol de Ion Vélez justo antes del descanso dio los tres puntos a los rojillos en Anduva ante el Huesca. Lo más justo hubiera sido el empate, ya que los de Anquela estrellaron dos balones en los palos de la meta defendida por Raúl Fernández. Empezó mejor el Huesca con más presencia en el campo del Mirandés. En el primer minuto de juego, Fran Mérida probó fortuna desde lejos tras recoger un rechace de la zaga rojilla que Raúl atrapó sin problemas.

Seis minutos más tarde, en una acción similar, Arruabarrena la pegó desde fuera del área pero de nuevo el cancerbero Mirandés, bien colocado, blocó el esférico demostrando seguridad. Esos dos disparos entre los tres palos serían a la postre los únicos de los de Anquela durante toda la primera mitad.

El Mirandés se fue destapando poco a poco con buenas combinaciones, comandadas por Rúper en el centro del campo y con Sangalli y Álex García en las bandas. Una gran jugada de Néstor Salinas por la izquierda, terminó con un pase de la muerte al que no llegó Sangalli por milímetros en la línea de gol. Pudo ser el 1-0, como lo tuvo en el minuto 16 Ion Vélez. El pase entre líneas de Eguaras dejó al ariete en una inmejorable ocasión para disparar a las manos del Whalley cuando tenía todo a su favor.

Tras ese primer cuarto de hora con alternativas y llegadas, el partido entró en un ritmo más lento y pausado, algo que agradecieron los oscenses para ir ganando más presencia en el césped de Anduva, con mucho agua. Cuando el descanso parecía el mejor camino para ambos conjuntos ante su falta de inoperancia en ambas porterías, llegó el gol del Mirandés.

Kijera desde la parte izquierda puso un centro perfecto a media altura para que Ion Vélez, en carrera y con un cabezazo de calidad, desviara la pelota a la derecha del portero visitante que solo pudo mirar como besaba las mallas. El gol sicológico ponía justicia a los rojillos, que habían demostrado más ganas en su afán por adelantarse en el electrónico.

El paso por vestuarios animó al Huesca, que saltó al césped con otra actitud y con mucho más descaro buscando el gol. Machís lo tuvo en sus botas, en una gran cabalgada por la parte izquierda, que terminó con un disparo con el interior de su bota derecha muy medido que se encontró con el palo cuando Anquela ya celebraba el empate.

Aturdido parecía el Mirandés, que se sacudió la caraja con un disparo de Eguaras que se marchó fuera y otro de Abdón por encima del travesaño. El Huesca sabía que la única forma de empatar el choque era yéndose arriba y aplicó la teoría.

A los de Carlos Terrazas cada vez les costaba más enlazar pases y el paso del tiempo se le hacía lento a los rojillos. El carrusel de cambio por parte de ambos entrenadores tampoco mejoraba las cosas. El partido era aburrido, trabado, con pocas opciones y con esa falta de emoción que levantaba algún bostezo que otro en la grada.

A falta de seis minutos para el final Kijera lo intentó con un disparo raso desde lejos que no fue bien dirigido del todo. Todo el peligro del Huesca nacía en las botas de Machís. El extremo volvió a rondar el gol del empate, con un centro chut que tocó el larguero y salió desviado. Los últimos minutos fueron un querer y no poder de los de Anquela. Una derrota que complica la vida al Huesca en su objetivo por sellar la permanencia y acerca al Mirandés a una hipotética plaza de playoff.