El Barça arrolla al Espanyol y tiene el título en su mano
Suárez (2), Messi, Rafinha y Neymar sonrojan a un rival que únicamente puso oposición en el primer tiempo a base de juego brusco. El Barça depende de sí mismo en Granada.
El Barça tiene la Liga a 90 minutos. Superaron los barcelonistas a un Espanyol más que motivado por 5-0 y se jugarán el título ante un Granada ya salvado con la premisa de hacer lo mismo que haga el Madrid en Riazor ante el Deportivo para renovar el título de Liga. La buena noticia para los españolistas es que, a pesar de la tunda, aseguran un año más su permanencia en Primera gracias a los resultados de sus rivales en el descenso.
El Espanyol salió al Camp Nou como acostumbra, con el modo Grand Theft Auto puesto. Esto es, disparando a todo lo que pasara cerca. Tuvo suerte el equipo de Galca de llegar a la media hora de juego con once jugadores. Dieron cera los blanquiazules hasta decir basta con la complacencia de un colegiado al que le precupaba más las obstrucciones de Messi que las entradas con los tacos por delante a la altura de la rodilla de Hernán Pérez o los placajes de Duarte.
El Barça salió muy serio al partido liderado por un Messi que demostró en los primeros 45 minutos que tenía muchas ganas de ganar la Liga. El equipo local acogotó al rival que se defendía como podía (y como el árbitro le consintió) hasta que llegó el sensacional gol de Messi de falta directa al que Pau no pudo llegar por poco. La tarde del portero españolista recordó a la de Adán, portero del Betis hace siete días, que al igual que el perico estuvo mucho mejor en los papeles durante la semana que el día del partido sobre el césped. Cuando desafías a los rivales de manera tan explícita, siempre corres el peligro de resaltar tus errores. Pau estuvo ayer infame. Su actuación no pasaría de una mala tarde de no haber mediado sus declaraciones en la semana previa desafiando al Barça. Por ahí se empezó a desangrar el Espanyol.
Pasada la media hora de juego, el Espanyol logró frenar la avalancha de juego barcelonista y mantuvo el equilibrio en un partido al que el Barcelona le perdió el pulso, especialmente después de que el colegiado Gil Manzano le anulara a Rakitic un gol absolutamente legal y decidiera que el Espanyol tenía campo libre en lo que a las faltas se refiere.
El Barça se rehizo en la segunda parte en la que el Espanyol fue un guiñapo de equipo en el que el cansancio evitaba la intensidad de la primera parte. Jugó cómodo el Barcelona ante un rival que apenas pisó el área de Ter Stegen (que sustituyó a Bravo y volvió a mantener la portería a cero del Barça por cuarto partido consecutivo) mientras que los barcelonistas seguían asediando a un Pau cada vez más perdido.
Tras una combinación entre Alves (que volvió a lucir como en sus mejores días) y Messi, Suárez rompió su maleficio ante el Espanyol marcando el segundo y archivando el partido con el tercero después de que Javi López le buscara en el cuerpo a cuerpo y se diluyera como un azucarillo a la salida de un córner. Tal fue la debilidad del defensa españolista que se pudo sospechar con fundamento de una falta del delantero barcelonista.
El cuarto llegó gracias a la gentileza de Pau, que sudó sangre para atrapar un centro templadito y fácil que se le escurrió de las manos para que Rafinha, recién ingresado en el campo, celebrara un gol regalado. La manita la completó Neymar a asistencia de Suárez dejando al Barcelona a un gol del Valencia en el Bernabéu de proclamarse campeón de Liga. No pudo ser, el Madrid resistió ante diez y el Barça deberá sellar el título ante un Granada que no se juega nada. Quedan 90 minutos de pasión, pero parece que el Barça ha superado ya los complejos.