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SEVILLA 1 - GRANADA 4

El Granada golea en Nervión y logra la salvación matemática

Cuenca (doblete), Babin y El Arabi salvan al Granada en el Sánchez Pizjuán. Suma 39 puntos y los empates con Sporting o Getafe le favorecerían.

Sevilla
El Granada golea en Nervión y logra la salvación matemática
Julio Muñoz
LALIGA

El Granada logró la salvación matemática en una lluviosa tarde en Sevilla que no impidió que los casi 4.000 ganadinistas que se desplazaron a la capital andaluza lo festejaran como se merece. La tarde se puso épica para los nazaríes, a los que todo les nubló cuando el Sevilla empataba y les quitaba de los dedos una salvación que había acariciado toda la tarde. Pero el sol salió en Nervión y agarrados a un estelar Isaac Cuenca, el Granada sentenció, goleó y se salvó.

Al Sevilla le sobraba el partido. Ni un titular del pasado jueves estuvo en el once inicial, los menos habituales y los canteranos estuvieron más que dignos pero es que lo que se jugaba el Granada era demasiado. Pese a ello, salió mejor el Sevilla y al Granada lo salvó que la mirilla de Juan Muñoz estuvo desviada. A Beto, que se despedía, sólo se vio en dos ocasiones en el primer acto: salvando un gol a Peñaranda y chocando brúscamente con el venezolano. Hubo una tercera, pero no pudo hacer nada: el Granada contragolpeó, El Arabi centró e Isaac Cuenca marcó. Al descanso, triunfo y salvación conseguida.

En el segundo acto se atenazaron los de Jose González y el Sevilla volvió a llevar el mando, llegando con más o menos claridad al área rival. Andrés Fernández lo desbarató todo hasta que en el 73 Diego González mandaba a la red una jugada ensayada con un espectacular taconazo. En es momento, el Granada pasó de estar salvado a depender de ganar al Barcelona en la última jornada. Toda una tragedia.

El Granada se transformó en otro equipo y, en lugar de hundirse, se puso el mono de trabajo tras unos minutos de incertidumbre. Y encontró el premio con tres goles en tres golpes: Babin al borde del fuera de juego, El Arabi de penalti y Cuenca para redondear su espectacular partido. Al final, alegría en la grada visitante y trámite solventado para un Sevilla que sólo sueña con finales.