Hoy no será un domingo cualquiera en la Liga
Diez partidos y dos horas que pueden decidir título y descenso. El Barça depende de sí mismo y sueña con una carambola. El drama se vivirá en el Getafe-Sporting.
Esta tarde regresa la magia de las Ligas de antes. La de los domingos a las cinco de la tarde, la de los transistores, la del grito “Gol en Carrusel” que provoca amagos de infarto a la espera de saber en qué campo se ha marcado y quién lo celebra (Movistar+ ofrece los diez partidos íntegros y un carrusel en el dial 176). La emoción concentrada en hora y media, con un cuarto de hora de reposo en el que las cisternas de los servicios de toda España trabajarán a destajo. Una penúltima jornada en la que habrá emoción por arriba, por el medio y por abajo. Hoy puede decidirse el título, perfilarse el orden de los equipos clasificados para la Europa League y también se vivirá el drama del descenso. Vayamos por partes.
De los 20 equipos que saltarán a los terrenos de juego de toda España esta tarde, únicamente ocho conjuntos no se juegan nada. Doce vivirán una tarde de nervios.
Los que no se juegan nada son el Levante (ya descendido), el Villarreal (que ya es cuarto) así como la Real sociedad, Las Palmas, Valencia, Málaga, Sevilla y Eibar que transitan por la parte cálida de la clasificación. Estos equipos únicamente pondrán en juego la honra de tratar de escalar en la tabla para acabar lo mejor posible.
Los que se la juegan. De los doce equipos que se juegan las habichuelas, tres lo hacen por el título: Barcelona (que depende de sí mismo), Atlético y Real Madrid. Dos, Athletic y Celta, tratarán de evitar el quinto puesto que complica el verano ya que obliga a jugar una previa de la Europa League.
Los siete restantes (Betis, Espanyol, Deportivo, Granada, Rayo Sporting y Getafe) jugarán con la terrible amenaza del descenso sobre sus cabezas, aunque con diferentes grados de peligro. Así pues, mientras que Betis y Espanyol tienen mínimas posibilidades de caer en el pozo e incluso perdiendo podrían salvarse matemáticamente, otros como Getafe y Sporting, que además se enfrentan entre ellos, vivirán una jornada frenética y decisiva.
En lo que respecta al título, el Barça parte con la ventaja de depender de sí mismo y de ser el único que puede ganar hoy el título. Para ello debe de ganar su partido y esperar que el Atlético pierda y que el Madrid no gane. Si se da esta triple carambola, alirón en el Camp Nou.
Por tanto, los perseguidores, si quieren seguir en la carrera hasta la última recta dentro de una semana deben de hacer lo mismo que el Barça o mejorar lo de los culés en caso de trompazo blaugrana.
En la lucha por el quinto puesto, el Athletic depende de sí mismo y además se la juega contra dos equipos que ya no se juegan nada como U.D. Las Palmas hoy y Sevilla dentro de una semana. El Celta, en cambio hoy se enfrenta a un Málaga que no bajará del décimo puesto, pero en la última jornada tiene que visitar al Atlético, que puede estar optando a la Liga.
El drama estará en el Coliseum, donde el que pierda entre Getafe y Sporting tendrá todos los números para bajar, e incluso puede hacerlo de forma matemática. Un empate tampoco les soluciona nada, especialmente si Depor, Rayo y Granada ganan sus partidos. Ése resultado, además salvaría automáticamente a Betis y Espanyol independientemente de sus resultados. El Deportivo es el perjudicado en caso de quintúple empate a 39 puntos porque sólo le tiene el goalaverage ganado al Rayo.
Interconectados. La lucha por el título y la permanencia se pueden ver interconectadas en una curiosa combinación que podría complicar aún más las cosas de cara a la última jornada. Si el Barça gana y Atlético y Real Madrid empatan, a los de Luis Enrique les bastaría un punto en Granada para ser campeones. Si eso pasara y además Sporting y Getafe empataran hoy y el Granada venciera en el Pizjuán, al equipo granadino le haría falta un punto para asegurarse la permanencia. Si se diera esta combinada, Barcelona y Granada empatando conseguirían sus objetivos.
Antes de hacer cábalas, queda una jornada de pasión en la que las sorpresas van a poner a prueba el corazón de un país que vivirá enganchado al transistor. Hoy no es un domingo cualquiera.