Leo Messi, el salvoconducto de Luis Suárez cara al Pichichi
Ocho de sus últimos 12 pases de gol han sido al charrúa. El jugador argentino ha huido de la banda buscando posiciones centradas.
Messi ha perdido cierto filo goleador este curso. Pese a un arranque de 2016 espectacular, está en 40 goles (25 en Liga), lejos de los 73 de la temporada 2011-12 o de los 58 de la 14-15. Se observa hace meses, sin embargo, que el argentino está a otra cosa. Relativamente alejado de la lucha por el Pichichi desde que se rompió el ligamento lateral de la pierna izquierda en septiembre, prefirió ayudar a Luis Suárez en su carrera con Cristiano Ronaldo. Al uruguayo le ha regalado hasta lanzamientos de penalti, pero sobre todo le ha alimentado con asistencias. De los últimos 12 pases de gol del argentino, ocho han ido a su amigo uruguayo.
Messi ya es el máximo asistente de la historia de la Liga (en Riazor superó a Míchel, que tenía 120, y ya va por 123) y lleva nueve temporadas consecutivas superando los dobles dígitos en pases. Además, en los últimos partidos se ha observado una tendencia muy acentuada en el crack a retrasar su posición unos metros y dominar el juego. Como si quisiera acercarse a la posición que dejó vacante Xavi, y en la que podría acabar según algunos expertos cuando la chispa y las piernas empiecen a fallarle, ha acaparado posesión del balón. Messi debutó ante el Espanyol un 16 de octubre de 2004. Sabe bien lo que es un derbi y que en sus pies está la Liga.
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