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ATHLETIC - CELTA

Cabral resucita al Athletic

Un penalti absurdo y la roja aún más tonta levantan a los leones, que estaban a merced del Celta. Aduriz y Raúl García, desde el suelo, forjaron la remontada.

Victoria del Athletic.
Victoria del Athletic.LUIS TEJIDOEFE
LALIGA

Dos absurdas decisiones de Gustavo Cabral tumbaron a un Celta muy superior al Athletic. Llevaban los de Berizzo el partido con una placidez absoluta, encarrilado por un gol de Orellana, cuando al central argentina le dio por cometer un penalti tonto. Tres minutos después, en el 40, vio la roja por una tontería sobre Aduriz y dejó a su equipo con diez y enfadadísimo con el colegiado, Estrada Fernández. Las reclamaciones se las deben hacer a su compañero. Raúl García, desde el suelo, forjó la remontada en el minuto 72. El Athletic está extasiado, sin fuerza física ni mental, pero ganó el partido gracias al pícaro ex colchonero.

Los leones se sitúan así favoritos para la quinta plaza. Tienen un punto más que el Celta y el average a favor, ya que Raúl García también le liquidó en la ida. Están a tres puntos de la Champions, a expensas de lo que haga el Villarreal en Mestalla, aunque en caso de empate los de Marcelino quedarían cuartos.

El Celta entró en el partido con una superioridad insultante, le bastó la movilidad de sus puntas para dejar en cueros al Athletic. Iago Aspas, Nolito y Orellana campaban a sus anchas, frente a un sistema defensivo local a la deriva. El chileno haría el 0-1 en el minuto 13 al plantarse solo ante Iraizoz, que parsimonioso como sus compañeros se quedó parado esperando a que le botase mejor el balón. Se lo coló entre las piernas.

Los de Berizzo cometieron dos errores capitales: el primero colectivo. No dar la estocada a un Athletic que escuchaba sonoros pitos en San Mamés tras un balón mandado arriba por Wass. El segundo fue sangrante, atribuible a Gustavo Cabral. El argentino cometió un absurdo penalti sobre Aduriz en el minuto 37 al agarrarle de un brazo cuando intentaba llegar a un centro de Beñat. El donostiarra lo transformó engañando a Sergio. Es su gol número 34.

Cabral se volvió loco. Minutos después, con Estrada Fernández delante, rozó con su bota izquierda adrede la cara de Aduriz y el colegiado le expulsó. Jugó con fuego y se quemó. Lo suyo no es Bilbao. En septiembre, fue denunciado por una agresión que luego negó en una salida nocturna tras jugar en Eibar.

Los celestes dieron lógicamente un paso atrás. Y Valverde, uno adelante metiendo a Williams e Iturraspe por Muniain y Etxeita. Aun así, el equipo rojiblanco estaba atascado. Lo sacó a flote Raúl García. Primero, se inventó un derechazo desde 25 metros que pegó en el poste de Rubén y después, cuando San Mamés estaba impacientándose, el ex del Atlético se inventó el 2-1. Williams le metió un balón al área y Raúl García, desde el suelo, logró levantar la pelota y batir al meta del Celta.