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BETIS

La mano que mece el Betis

José Ruiz Maguillo, abogado y 'protegido' de Adolfo Cuéllar, recomendó a Eduardo Macià y ahora le veta colaboradores a Miguel Torrecilla. El Betis sigue igual.

02/02/16  Entrenamiento del Betis Montoya
TONI RODRIGUEZDIARIO AS

Nada ha cambiado en el Betis, por mucho que Ángel Haro se empeñe en predicar una 'revolución' que de momento se limitará al cambio en la dirección deportiva: Miguel Torrecilla por el ya defenestrado Eduardo Macià. El club verdiblanco seguirá construyendo sobre cimientos podridos, gobernado por un núcleo duro de empleados intocables que desde años atrás hace y deshace siguiendo las consignas del entorno jurídico que lo colocó allí. Eso ha ocurrido estos días con las pretensiones renovadoras del último presidente. 'La secta' (así se les conoce por otros trabajadores 'independientes') cedió con la marcha de Macià, entregó la cabeza de uno de los suyos (Vlada Stosic) y ahí se acabó la limpia. Haro de momento ha tenido que claudicar. Tanto que se le ha prohibido la llegada de un colaborador que Torrecilla pidió de manera expresa: Emilio Vega, que salió del club en agosto de 2013 por disensiones con la forma de planificar la plantilla. El tiempo, 25 puntos consiguió aquel peor Betis de la historia, no pudo darle a Vega una más rotunda razón.

Si se preguntan por qué este 'nuevo Betis' se ha movido siempre sin rumbo, sin profesionalidad, tan de manera amateur, la respuesta puede llegar en historias como ésta: la voz cantante del gobierno en la sombra la lleva José Ruiz Maguillo, un ahora abogado de Coria del Río que hace unos seis años, apenas meses de 'fichar' por el Betis, aún no pasaba de pasante. Y que pasó de becario a, nada más y nada menos, manejar los servicios jurídicos de un club que mueve 50 millones de euros.

El culpable es Adolfo Cuéllar, jefe de la Liga de Juristas Béticos y por tanto factótum en la denuncia contra el máximo accionista Manuel Ruiz de Lopera. Cuéllar había ejercido de padrino en la jura de Maguillo como Letrado y decidió recomendárselo al entonces administrador judicial del Betis, José Antonio Bosch. "Lo hizo porque Bosch iba a meter a un sevillista", se justifican desde el entorno de Adolfo. Un sevillista (profesional), seguramente, le habría hecho más bien al Betis.

Maguillo sobrevivió a Bosch y al Betis de los 25 puntos; a Miguel Guillén y dos presidentes más (Domínguez Platas y Ollero); a un director general (Pozas)... Y a varios directores deportivos entre los que se encuentran Alexis, Stosic (con el que entabló una gran amistad) y el recién caído Eduardo Macià.

Macià también se va, Maguillo sigue quedándose. Y con el mismo o más poder que antes a pesar de que el valenciano fuera una de sus 'recomendaciones' fallidas. Maguillo sugirió su nombre al Consejo y propició además que en la operación mediara otro colega suyo, el agente Fran Porras. Porras cobró comisión por la contratación de un director deportivo, algo poco o nunca visto en el mundo del fútbol. Y Macià, a instancias de Maguillo (y algún amiguete más de 'La secta') recolocó en el Betis a Vlada Stosic. ONG Betis.

Pero no paren de asombrarse. Maguillo llegó a formar parte este pasado invierno de la tan célebre como fugaz 'Comisión de Fichajes', en la que intervenían también Macià, el expresidente Ollero y los entonces vicepresidentes Haro y Catalán. Curioso: el entrenador (primero Mel, luego Merino) no estaba incluido en esa Comisión de Fichajes...

Las 'aspiraciones' deportivas del abogado de Coria vienen de lejos y son sobradamente conocidas dentro del Betis. A su nombre estaba el curso de Dirección Deportiva que en verano de 2014 tuvo que ceder precipitadamente a Alexis Trujillo, después de que se confirmara que Serra Ferrer, del que el canario había hecho como avanzadilla, no iba a regresar al club finalmente. Maguillo posee además una cuenta de 'Wyscout', conocido programa informático de seguimiento de futbolistas. Cuesta varios miles de euros y lo paga el Betis, claro.

Justifican en el club que el abogado dispone de 'Wyscout' para quitar a los futbolistas tarjetas amarillas, pero la realidad es que existen otros programas de imágenes mucho más baratos y fabricados expresamente para apelar ante el Comité de Competición. Éste último cometido, que no se le ha dado mal, sirve de argumento a sus defensores mediáticos.

Y sí, ha quitado tarjetas. Tantas, quizá, como pifias ha metido (y gordas) en su principal función: la de saberse bien las leyes. Se conocen defectos de forma en contratos como en el de Ceballos, Chica, el de Pozuelo, los extranjeros que este año fichó el Betis para su cantera... A Cedrick no le dejaron entrar en Inglaterra una pretemporada porque nadie supo que no tenía pasaporte español, sólo congoleño; y ese mismo verano, el de 2013, se descubrió que Chica y Matilla tenían que quedarse fuera de la Europa League porque la reglamentación UEFA permite sólo un número limitado de jugadores 'no canteranos'.

En fin, gajes del becariaje y la amateurización. La misma que tiene condenado al Betis al fracaso, que seguirá teniéndolo así mientras Ángel Haro (o cualquier otro) no se decida a coger de verdad el toro del Entorno, o el de 'La Secta' que es casi lo mismo, por los cuernos.

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