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LEGANÉS

Asdrúbal: “Ojalá juegue un Las Palmas - Leganés en Primera”

El delantero canario, cedido por la UD Las Palmas, habló con AS. "En los dos primeros partidos me vi sin chispa. Me costaba arrancar y leer el juego."

Leganés
Asdrúbal durante su presentación con el Leganés.
CHEMA DIAZ

Asdrúbal Padrón por fin sonríe. El delantero cedido por Las Palmas al Leganés ha dejado atrás un calvario de lesiones que lo tuvo inactivo casi tres meses. Ahora regresa con ganas de demostrar que vale para jugar en Primera. Sea con los madrileños, sea con los amarillos.

—Por fin vuelve a jugar partidos. Ya ha disputado tres con el Lega.

—Lo echaba de menos. Llevaba mucho tiempo sin competir. Este año con la Unión Deportiva no había tenido la ocasión de disputar minutos. Para colmo, llegué a Leganés y tuve un cúmulo de lesiones que parecía no tener fin. Hasta ahora me ha costado, pero la cosa ya está saliendo.

Con Las Palmas intervino apenas 194 minutos en media temporada en Primera. Luego llegó su cesión, pero tuvo que esperar más de cuatro meses para volver a un terreno de juego desde su último partido con los amarillos, en enero, hasta el primero con el Leganés, en abril.

—Es mucho tiempo. En los dos primeros partidos con el Leganés me encontraba sin chispa. Me costaba arrancar e incluso leer el juego. ¡Imagínese! Contra el Alcorcón, hace dos jornadas, todo fue diferente. Tuve muy buenas sensaciones. Jugué con más fluidez e incluso marqué, aunque me lo anularon por falta de un compañero.

Sea sincero. ¿La razón de tanta lesión es psicológica o física?

—La primera vez que me rompo estoy en Las Palmas y mi situación era compleja. No quería salir. Me veía bien, pero me comunicaron que no tendría minutos. Que no jugaría. La cabeza ahí sí que me empezó a dar vueltas. Llevo toda mi vida en la isla. Jamás había salido. Quizá me rompí por un tema psicológico.

Pero luego aterriza en Leganés y en Butarque también recae…

—Una vez aquí, en Madrid, fue más la ansiedad por jugar, por aportar algo a un equipo, el Leganés, con un fútbol muy adecuado a mis características. La desesperación me hizo recaer.

¿Sólo eso?

—Bueno, también está el tema del peso. Me hicieron bajar bastante. El equipo trabaja así, con un control estricto. Y yo, al querer bajar mucho peso en poco tiempo, forcé la lesión.

¿Tanto le obligaron a perder?

—Tuve que reducir por lo menos cinco kilos. Me ha costado. La verdad es que ahora ya estoy acostumbrado, pero al principio me chocó mucho.

Cinco kilos es bastante.

—Miguel Pérez, el preparador físico, tiene una manera de trabajar que sorprende a todos los jugadores que llegan de primeras a Butarque. Casi siempre, me cuentan, están por encima del peso. Se da el caso de que, además, el Leganés exige mucha intensidad. Garitano pide que el juego se desarrolle con alto ritmo y para eso los jugadores deben de estar finos.

¿En Las Palmas no era así?

—Allí sí que es verdad que había que estar bien físicamente, pero no tanto. Ya con la llegada de Quique Setién sí que es cierto que se empezó a exigir más, hubo un mayor control del peso, pero en Leganés estamos en otro extremo. Aquí todo es muy radical, aunque no se puede reprochar nada porque el equipo es líder contra todo pronóstico. Cuando se nos ve jugar se nota que nuestros futbolistas van como tiros.

Ha necesitado casi cuatro meses para debutar con el Leganés. Ya que ha tardado tanto, ¿por qué no se queda también la temporada que viene? ¿Le gustaría seguir en Leganés con el equipo en Primera?

—Está claro que pertenezco a la Unión Deportiva Las Palmas y, por lo que veo, creo que el objetivo de la permanencia en Primera lo tienen ya casi cumplido. Cuando termine la temporada volveré. ¿El futuro? Lo único que puedo decir es que estoy muy contento en Leganés y que el año que viene espero vivir un Leganés – Las Palmas en Primera. Ojalá yo esté en alguno de los dos equipos.

No estaría mal encadenar dos ascensos consecutivos a Primera. ¿Lo ve posible?

—En el entorno se respira algo diferente, se ve que puede pasar algo bonito. Es distinto a Las Palmas. Allí el equipo arrastra a toda una isla, aquí todo es más familiar, pero se ve más ilusión, y eso es lo más bonito que puede haber en el fútbol.