Portugal se despide con resignación y elegancia
El técnico insistió en los números que logró en los 26 partidos que dirigió, en los que sumó 36 puntos, pero los últimos cinco partidos le condenaron.
La etapa de Miguel Ángel Portugal como entrenador del Real Valladolid acabó tras la derrota en Pamplona el domingo.
El técnico acudió ayer por la mañana al estadio para despedirse de la plantilla y también de los aficionados a través de los medios de comunicación, haciendo gala de su tranquilidad y buen talante habitual: “Quiero agradecer a todos los medios, tanto a los que me han criticado como a los que han sido más condescendientes, por la buena relación. Es simplemente una despedida y en fútbol nunca se sabe si es para siempre, porque a mí me encantaría empezar en el Real Valladolid un proyecto algún día, aunque ya no depende mí. Muchas gracias por este tiempo que hemos pasado juntos”.
Portugal se tiene que ir y lo hace con estas sensaciones: “Deseo que los 36 puntos en 26 partidos que he conseguido sirvan para alcanzar el objetivo que se quiera. Cogí al equipo en descenso con nueve puntos en nueve partidos del anterior entrenador y no sé si mi bagaje es mucho o poco, sólo se podrá saber al final si ha servido y lo que quiero es que sirva para cumplir los objetivos que quiera el club”.
Es cierto que la trayectoria era ascendente hasta el partido en Miranda, pero el los últimos cinco partidos la caída libre parece no tener fondo y ha precipitado la despedida de Portugal: “Creo que cuando hemos jugado bien no hemos ganado y cuando hemos jugado mal, nos ha pasado factura. En casa hemos hecho partido para ganar y no lo logramos y nos ha pasado factura”.
Finalmente esos malos resultados provocaron el despido, aunque el técnico aún tenía fuerzas para seguir: “Tuve mis dudas hace tres partidos, pero después del partido ante el Zaragoza y en algún momento en Pamplona yo no me había planteado dejar el club; estábamos en una tesitura en la que nos faltaban siete partidos e igual que hemos perdido, podríamos ganar dos o tres seguidos porque este equipo tiene capacidad para hacerlo, por eso no me había planteado dejarlo”. Mirando atrás, Portugal recordaba la mayor dificultad que ha tenido en su camino: “El peor momento fue la llegada, porque el equipo estaba en descenso y el estado de ánimo era diferente”.