Cruel final para un Levante con los pies casi en Segunda

A la muerte clínica del Levante solo le falta ponerle día y hora de la defunción. Las matemáticas no confirman un descenso que los granotas han labrado jornada a jornada. Ayer, una debacle más, se le escapó al final la oportunidad de mantener la esperanza, al menos, una semana más. Ganaba 2-0 en el 88’ y el Athletic, con muy poco le terminó empatando en tres minutos. Tocado y hundido. Se acabó. 

No salió el Athletic como si se estuviera jugando la Champions. Al cuarto de hora se adelantó el Levante con un gol de Casadesús. Definió bien el mallorquín ante Iraizoz. Gran pase de Lerma. Antes el Athletic asomó por el área de Mariño con un disparo lejano de Williams y un remate acrobático de Raúl García. Poco más de los leones en una primera mitad que dominó un Levante espoleado por el gol y por la necesidad de intentar seguir creyendo en un milagro o algo más. Y aún pudo irse al descanso con un marcador más holgado con tres arreones de Cuero, una de las novedades en el once de Rubi, en los minutos finales que solventó bien Iraizoz. 

Valverde debió cantar las 40 a los suyos en el vestuario y los leones salieron a arreglar el desaguisado. El Txingurri tiraba de Susaeta y Lekue para acorralar a los granotas y el choque se convirtió en un correcalles desde el principio del segundo acto. En una contra granota el linier levantó la bandera para anular un tanto de Rossi al poco de empezar. Dudoso cuanto menos. Acto seguido, Viguera tenía la más clara de los rojiblancos rematando a bocajarro un centro desde la derecha. Y apareció Mariño para salvar. Rondaba el gol el Athletic. El Levante, a la contra. Rubi también movía el banquillo: Deyverson y Verdú al campo. Pero la grada le recriminó sentar a Cuero que estaba aportando velocidad en una batalla que los azulgrana debían ganar al contragolpe. 

Y así fue como llegó la que debía ser la sentencia granota. En una rápida salida Rossi buscó a Camarasa y esté sirvió a Morales cuyo pase de la muerte lo empujó a la red Etxeita. Él no quería. El gol dejaba KO a un Athletic que no hizo méritos para mucho más a pesar de otras dos estiradas de Mariño. Pero incomprensiblemente cuando el león estaba muerto, soltó dos zarpazos al corazón azulgrana. Primero Susaeta y luego San José liquidaron de raíz la escasa luz que veía Orriols al final del túnel. El Athletic se asegura Europa. La Champions, aún está lejos. Y la grada del Ciutat cambió el ‘sí se puede’ por la pitada que escenifica un descenso a Segunda que ya se vislumbra.