Liga contra Champions

Raúl García. Durante años, si alguien representaba qué es el Atleti del Cholo ese era él, todo carácter, raza y entrega. Raúl García, Rulo, quizá hoy verdugo en Liga. Cruel destino. Sin Aduriz, lesionado, él es la referencia de un Athletic que, en las cinco jornadas que faltan, aún se juega mucho: un sueño, la Champions. Están a 6 puntos del Villarreal y, en su calculadora, si ellos ganan y los otros pierden con el Madrid les arañarán tres. El partido de hoy es vital.

Y aún más lo es para el Atleti: lo que se juega es la Liga, en un puño, en esos 76 puntos del Barça, 76 suyos y 75 del Madrid que el último domingo dejó. Hoy, en cuatro horas, los tres juegan y Simeone lo tiene claro: si el Atleti quiere seguir peleando el título debe ganar en Bilbao. No hay otra.

Si Valverde suplirá con Vigueras la baja de Aduriz y dejará el regreso de Williams para la segunda parte, a Simeone sólo le faltará Gabi, sancionado (Augusto le suplirá) y apostará por su once tipo, con la única duda de si Savic o Lucas atrás.

Duda que, quizá, ayer meditaba mientras su equipo se entrenaba por última vez antes de San Mamés. Él miraba a sus futbolistas, siempre desde lejos, siempre cinco metros más allá. Todos los ejercicios tenían una norma: que la pelota no tocara suelo. Y así, arbitrados por el Profe Ortega, jaleados por el Mono Burgos, todo eran despejes y goles de cabeza. Qué listo el Cholo. Porque en la euforia también trabajo, siempre trabajo. Si en algo son fuertes el Athletic y Rulo es ahí: en los duelos aéreos. Y eso, precisamente, ejercitó su equipo entre abrazos, risas y bromas; tocándose, buscándose, cómplices, sin notarlo, mientras Simeone miraba desde la distancia y no podía evitar sonreír lleno de orgullo.