Success perdona y el Málaga dice adiós al sueño europeo
Empate insuficiente para ambos. El nigeriano falló dos ocasiones clarísimas ante Ochoa. El Granada no asoma la cabeza y el Málaga no alcanza la séptima plaza.
Granada y Málaga firmaron un empate insuficiente y que deja efectos colaterales en ambos bandos. En el visitante supone el adiós definitivo a las opciones de alcanzar la séptima plaza y la constatación matemática, por si alguien aún tenía alguna duda, de que estará un año más en Primera. Por delante, seis jornadas para mejorar la nota en una temporada más que buena hasta el momento.
A los locales el punto les sabe a muy poco. Y deja señalados especialmente a Success, que falló dos ocasiones clarísimas ante Ochoa y acabó pitado, y al técnico, que incomprensiblemente dejó en el banquillo a Peñaranda los 90 minutos. Una vez más, y a pesar de que su equipo acabó desmoronándose al final del partido, el gaditano no agotó los cambios.
Con toda la jornada por delante, el colchón sobre el pozo es de dos puntos. El valor real del empate lo determinarán los resultados del resto de rivales directos.
De entrada fue el Málaga el que quiso hincarle primero el diente al partido. Comenzó a todo gas el Málaga, que en tres minutos ya había obligado a Andrés Fernández a firmar dos paradas de mérito. Los remates de cabeza de Camacho y Cop se toparon con el portero rojiblanco. El Málaga era muy consciente de lo que pesa la losa que lleva cargando sobre su espalda el Granada toda la temporada. Un gol de salida hubiese multiplicado la ansiedad en los locales y habría disparado al equipo de Gracia. Pero Andrés mantuvo a flote a los suyos y el Granada equilibró el partido.
El primer aviso local lo dio El Arabi con un disparo desde fuera del área. Replicó el Málaga, pero Cop no acertó a dirigir a portería un buen pase de Recio y Success dejó escapar el primero de los dos duelos que tuvo con Ochoa. Rochina, el futbolista más lúcido sobre el césped, asistió con el exterior y dejó solo al nigeriano ante el portero blanquiazul. Pero el veloz extremo no encontró la portería y mandó el balón fuera por mucho.
Camacho y Recio fueron un muro para el Granada, que se pasó toda la segunda parte buscando argumentos para generar una ocasión de gol que no llegó hasta el minuto 78. De nuevo la tuvo Success. Aún más clara que la anterior. Esta vez recorrió 40 metros a placer para decidir en el mano a mano ante Ochoa. El mexicano le aguantó hasta el final y le metió una mano excelente cuando el nigeriano quiso driblarle. La grada le ‘premió’ con una sonora pitada. Es muy discutible el partido de Success, que eligió mal casi siempre y tiró por la borda dos ocasiones de oro. Pero no se puede dudar de su tenacidad. A pesar de sus errores y de los pitos de su gente, no dejó de intentarlo hasta el final.
Al Granada le faltó capacidad y puntería para ganar. Y el Málaga se quedó algo corto de ambición. Defensivamente se mantuvo muy firme. Pero en ataque casi no apareció en todo el segundo acto. Aguardó a la espera de una contra que los locales no permitieron. Atsu puso algo de chispa al tramo final y el Chory se asomó al gol tras una gran jugada de Camacho. Demasiado poco.
El sueño europeo se esfuma, pero en La Rosaleda deben tomarse como un éxito tener 41 puntos y estar salvados a falta de seis jornadas para que acabe la Liga. Al Granada, otra temporada más, le tocará sufrir hasta el final. Su afición ha dicho basta. Los pañuelos de la grada son un claro mensaje a un proyecto que no despega y que vuelve a estar contra las cuerdas.