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ATLÉTICO DE MADRID

El Atlético sufrió una plaga de lesiones en la portería en 2005

El equipo rojiblanco tiene lesionados a los cuatro centrales. Hace diez temporadas debutó Roberto en el Sadar por las bajas de Leo Franco, Cuellar, Falcón y Galán.

Roberto en su debut contra Osasuna.
RODRIGO DIAZ

El Atlético se encuentra en cuadro en defensa tras las lesiones sufridas por Diego Godín, Giménez, Savic, que tienen la mente puesta en el 5 de abril contra el Barcelona en Champions, aunque el montenegrino podría estar disponible esta semana. Por último, Lucas Hernández, que estaba contando con minutos y había sido titular en Mestalla y El Molinón, sufrió una "fractura vertebral" con la selección francesa Sub-21. Para más inri, Saúl, utilizado por Simeone como comodín y que ya jugó como central ante el Eibar, ha regresado de la Selección Sub-21 con un esguince que también podría impedirle jugar contra el Betis, por lo que quedaría Nacho Monsalve, del Atlético B y que todavía no ha debutado con el primer equipo, como único defensa central sano.

Pero esta plaga de lesiones en una posición del campo no es la primera vez que ocurre en el Atlético. Hace diez temporadas, la mala suerte y las bajas se cebaron con la portería rojiblanca. El Atlético debía visitar Pamplona para medirse a Osasuna, y lo hizo con el guardameta titular Leo Franco lesionado, al que se unían Iván Cuéllar, actual guardameta del Sporting y Francisco Galán, también de baja por lesión e Ismael Gómez Falcón, de baja por sanción. Roberto Jiménez, actual guardameta de Olympiacos, tuvo la oportunidad de debutar con el primer equipo con 20 años, partiendo la temporada como quinto portero, suplente de Galán en el Atlético B y por detrás de los tres del primer equipo. El Atlético cayó en el Sadar por 2-1 en el único partido de la temporada con el primer equipo de Roberto, en el que llevó el '33' en su espalda.

El guardameta formaría parte de la primera plantilla en la temporada 2009/10, después de haber estado cedido en el Nástic y en el Recreativo de Huelva. Después se marchó al Benfica y al Zaragoza, donde tras brillar durante dos temporadas, firmó libre por el Atlético para ser traspasado ese mismo verano al Olympiacos griego.