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ADIÓS A UNA LEYENDA

El mundo del fútbol lloró a Cruyff en el Camp Nou

Desde primera hora de la mañana, socios de a pie, directivos, jugadores, ex compañeros y rivales se pasaron por el Camp Nou para homenajear al Flaco.

BarcelonaActualizado a
-FOTODELDIA- GRA054 BARCELONA, 26/03/2016.- Los presidentes del Real Madrid, Florentino Pérez (i) y del FC Barcelona, Jordi Bartomeu, presentan sus respetos en el memorial de Johan Cruyff que se ha abierto esta mañana en el Camp Nou. EFE/Alberto Estévez
-FOTODELDIA- GRA054 BARCELONA, 26/03/2016.- Los presidentes del Real Madrid, Florentino Pérez (i) y del FC Barcelona, Jordi Bartomeu, presentan sus respetos en el memorial de Johan Cruyff que se ha abierto esta mañana en el Camp Nou. EFE/Alberto EstévezAlberto EstévezEFE
AGENCIA_DESCONOCIDA
 

Fue en el antepalco de Tribuna Preferente, puerta 15. La del barcelonismo de toda la vida, la de los apellidos, la del pedigrí, una zona que Johan Cruyff siempre evitó y que nunca detectó como aliada, pero que era la más funcional para el operativo del luto masivo. Allí, delante del palco que tantas veces desafió el Flaco, presidía la ceremonia de duelo una foto sensacional de Jordi Cotrina, que daba calidez a un espacio frío y ajeno al césped. Delante de ese retrato, ya icónico a partir de ayer, pasaron nobles y plebeyos, ex directivos, pretendientes y despechados con ínfulas, socios de a pie; personas realmente afectadas por la pérdida de un referente e incluso, en un acto de grandeza que pone al Real Madrid a la altura del mito, Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid estuvo, justo es reconocerlo, magnífico acompañado de Emilio Butragueño y un Amancio Amaro que despertó la admiración de los cruyffistas más veteranos del recinto. El Madrid, en ese acto volvió a ser el Madrid de toda la vida. El que acudió al funeral de Samitier y de Benítez, el que presentó sus respetos a Kubala, el que de vez en cuando recuerda que la institución está por encima del virus del personalismo.

En esa Puerta 15 de Tribuna Preferente, miles de barcelonistas y de amantes del fútbol en general presentaron sus respetos al gran Johan Cruyff, el padre del fútbol moderno . Fue un homenaje en el que socios de a pie se mezclaban con directivos; en el que aficionados jóvenes que desconocieron la travesía por el desierto (cuando el Barça no tenía ni proyecto ni idea, ni copas) se confundían con aquellos veteranos que eran perfectamente conscientes de que Cruyff cambió el destino de la institución siendo un nuevo Gamper. Ese holandés retratado al lado de una pelota vieja detrás de unas rosas era el símbolo que unía el nuevo fútbol con el antiguo. Cruyff es el rediseñador del fútbol y el Barcelona actual es su obra maestra.

Aunque no él esté presente, la legión de devotos que pasó a decirle adiós demuestra que una idea es más poderosa que nada. Cruyff fue una idea hermosa y da la sensación de que el Barcelona no es consciente del capital que administra. Ayer, se dio un momento único cuando por unos instantes, en la puerta 15 del antepalco, se vislumbró un espejismo que daba a entender que los ‘ismos’ se habían dado por finiquitados. Todos con Cruyff, todos con la idea, todos con la historia del personaje más determinante del fútbol moderno. Pero, por desgracia, no hay tregua eterna.