El único hat-trick de Zidane en el Madrid se lo hizo al Sevilla
Fue el 15 de enero de 2006, en un 4-2 a los hispalenses. Además le dio una asistencia espectacular a Guti. "He tenido que esperar 33 años para meter tres", bromeó el galo.
Zidane desplegó mucha magia durante sus cinco años en el Real Madrid pero solamente una vez se vistió de goleador para conseguir un hat-trick: fue ante su rival de hoy, el Sevilla, y en el mismo escenario, el Bernabéu.
Fue el 15 de enero de 2006 y el violinista de Marsella apuraba su última temporada de blanco entre dudas (y críticas) por su caída de rendimiento. El equipo de Nervión llegaba con Juande al frente de una plantilla poderosa (Dani Alves, Navas, Adriano, Luis Fabiano, Kanouté...) y pagó el pato. El festival de Zizou, en un partido sin Raúl (se había dañado el menisco dos meses antes y estaba aún de baja), tuvo dos fases. La primera, con la asistencia a Guti en el minuto 6 para el 1-0. La segunda, transformándose en pesadilla para Palop. Empezó suave con un gol de penalti (el 2-1) en una pena máxima de Aitor Ocio a Baptista (minuto 57) y luego se 'desmelenó'. Hizo su segundo tanto en el 3-1 culminando una genialidad de Guti, que le devolvió al francés el favor previo con una asistencia de espuela. Zidane alcanzó el hat-trick sobre la bocina, con un gol muy suyo. Recibió otra bella asistencia de Guti, la resguardó con el pecho, dejó que el esférico botase y con el cuerpo ya acomodado desplegó un buen zurdazo. Tres goles, una cifra que sacó el lado bromista del francés. "He tenido que esperar 34 años (en realidad tenía 33 en ese momento) para conseguir un hat-trick", dijo tras el partido.
Y eso, en palabras de Zidane, es mucho. Hasta ese día acumulaba en su currículo 665 partidos oficiales entre el Cannes, el Girondins de Burdeos, la Juventus y el Madrid, en los que se había apuntado 117 goles. La del Sevilla fue su última gran noche en la casa blanca. Tres meses y medio después anunció que renunciaba al año de contrato que le quedaba en el Bernabéu y pondría fin a su carrera tras Alemania 2006 donde, lío con Materazzi aparte, se quedó a un paso de colgar las botas con otro Mundial en la solapa.