Un taconazo de Bastón hizo justicia en el Coliseum
Un fabuloso gol del delantero eibarrés en el minuto 87 equilibró el tempranero tanto de Velázquez. Álvaro e Inui toparon con el poste.
El Getafe se veía ganador a falta de cinco minutos, experiencia que no sentía desde hace diez jornadas. Un taconazo de Borja Bastón, en el 87’ le quitó el subidón. Se había adelantado el Getafe en el 7’con un gol de cabeza de Velázquez, pero a partir de ahí reinó el Eibar, que encontró justicia a sus méritos en un final al que el Getafe llegó grogui, pudiendo incluso perder. Las intenciones de Escribá se vieron con la composición del banquillo: ni un solo defensa. En el primer minuto el Getafe había llegado dos veces al área del Eibar y Sarabia se había ganado una tarjeta. En el 2’, Stefan falló un remate a bocajarro. En el 7’, Velázquez hizo el gol. Hacer más en menos tiempo es casi imposible, lo que se llama intensidad. El gol fue producto de una falta sacada por Sarabia, muy mal defendida por Juncà y brutalmente finalizada por Velázquez, que entró de cabeza como sólo saben hacerlo los uruguayos: con los dos por delante.
Para nada el Eibar se conformó con asumir el papel de sujeto pasivo. Al golpe encajado el Eibar se revolvió como los grandes púgiles, y en el 12’ una ocasión de Borja Bastón acabó paseándose por la línea de gol. El partido resultaba agradecido al ojo del espectador, con ambos equipos replegándose en ataque a la mínima que tenían el balón.
El Getafe tuvo un efecto cohete, rápido ascensión y paulatina caída. Dani García y Escalante, ladrones profesionales, ramplaron con todo lo que circulaba por el centro y lanzaron a su equipo en tromba. Una ocasión de Adrián (20’), otra de Bastón (38’) y el japonés Inui probando su especialidad, el remate desde el vértice con rosca. Quitando el gol, el Eibar se acercó con más peligro al gol que el Getafe, y aunque Wanderson pidió penalti de Ramis en el 33’ no hubo la menor duda: fue piscinazo.
La impresión era que el Eibar en cualquier momento podía hacer un gol, pero el que a punto de conseguirlo fue el Getafe. En jugada calcada al 1-0 pudo llegar el 2-0. Falta sacada por Sarabia y cabeceada por Álvaro que repelió el poste (61’). El Eibar sangra en las jugadas de estrategia.
Al Eibar no le altera lo que haga el contrario, sigue a lo suyo y elabora desde el buen gusto. En el 68’, Inui lanzó al poste. Un minuto después, Borja lanzó alto. Si Borja llega a tener el día hubiese llenado el zurrón con media docena de goles.
Ya al final, en el 80’, Álvaro tuvo la ocasión de todos los días y que todos los días desaprovecha. Paró Riesgo en mano a mano.
El partido acabó con esa acampada final del Eibar en el área del Getafe, que grogui no sabía si caer para adelante o para atrás.