Mayte Zúñiga: “Llegamos a la Peineta corriendo por el campo”
Mayte Zúñiga recuerda el caos de la inauguración el 6 de septiembre de 1994. Ahora los accesos siguen igual que entonces, cuando se atascaron con 20.000 espectadores.
El 6 de septiembre de 1994 se inauguró La Peineta. En la pista, figuras mundiales como Mike Powell, Michael Johnson o Colin Jackson; también, lo más granado del atletismo español: Fermín Cacho, Mayte Zúñiga o García Bragado. En el palco, personajes al más alto nivel. Políticos y deportivos. Entre éstos, Samaranch y Nebiolo, quien fuera presidente de la Federación Internacional de Atletismo. Bueno, Nebiolo sólo estuvo un rato. Llegó una hora tarde. Como miles de espectadores. El atasco para acceder a La Peineta colapsó las entradas hasta el punto de que los atletas se bajaron de los autobuses y llegaron al estadio corriendo por el arcén o campo a través.
Veintidós años después, los accesos a La Peineta siguen siendo los mismos. El principal es a través de la M-40, salida Arcentales. Si en aquella ocasión quedaron colapsados por la presencia de 20.000 espectadores y unos 6.000 vehículos, según cálculo de Carlos López, por entonces edil responsable de la Policía Municipal, ¿qué sucederá cuando acudan 67.000 espectadores a los partidos del Atlético?
“La zona no tiene fácil arreglo, faltan plazas de aparcamiento, no están bien señalizados los accesos y el metro está bastante alejado” expuso Carlos López tras el caos. Álvarez del Manzano, entonces alcalde de Madrid, incidió en el asunto: “Toda la infraestructura, accesos incluidos, ha sido responsabilidad de la Comunidad. Y ya les advertimos que no eran los adecuados”.
El monumental atasco tuvo una gran repercusión, porque no sólo se vieron atascados Nebiolo, Lissavetzky, entonces consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad, o Jesús Gil, o porque funcionarios del COI que llevaban placas para que entregara Samaranch iban parando motoristas de la Guardia Civil para que les trasladaran hasta el estadio, sino por esa llegada de los atletas campo a través.
Mayte Zúñiga recuerda aquello: “Estábamos en el autobús y no avanzaba. Alguien dijo ‘vamos a la carrera, que no llegamos’, y ahí salimos todos por el campo o por el arcén para llegar a tiempo a nuestras pruebas. Ahora nos reímos, pero fue tremendo ese caos”.