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GIMNÁSTIC 1 - PONFERRADINA 1

El empate satisface a la Ponferradina, pero no al Nàstic

El conjunto berciano se adelantó con un gol en propia puerta de Molina y Naranjo logró el empate. El conjunto de Fabri respira a dos puntos del descenso.

El Nàstic se dejó algo más que dos puntos ante la Ponferradina porque, pese a estar empatado a puntos con el Zaragoza, el conjunto grana ya no está en puestos de playoff de ascenso. El tanto en propia portería de Xavi Molina fue irremontable para un conjunto de Vicente Moreno que apenas tiró a puerta. En la primera vez que lo hizo igualó el duelo gracias al tanto de Naranjo, pero la Ponferradina fue un muro. Los bercianos saborean más este punto y siguen cogiendo aire.

Todo empezó mal para los intereses del Nàstic porque sus jugadores empezaron con plomo en las botas porque en la primera acción del partido, Xavi Molina se hizo un gol en propia portería tras cabecear un centro de Casado. Su respuesta inmediata a la acción fue mostrar una sonrisa nerviosa ante la ridiculez del tanto que hacía remar contracorriente a su equipo. Rápido recibió los ánimos y el calor de sus compañeros y arrancó un nuevo partido. Eso sí, la Ponferradina ya tenía al Nàstic donde quería. Los grana subieron líneas, le pusieron velocidad a su juego pero no acababan de carburar de forma acertada. Tampoco podían permitirse excesivos lujos porque el conjunto berciano lo fiaba todo a la contra y Aguza, que estaba en todas, fue un suplicio.

La posesión era totalmente grana, pero no la supieron aprovechar. No hay que restarle mérito al planteamiento de Fabri y a la entrega de sus jugadores porque secaron a la medular grana, Emaná no controló ni una vez sin presión y ello provocó que Dinu no apareciera bajo el foco en toda la primera mitad. Es cierto que los mecanismos del Nàstic fueron acertados, abrir bien el campo y con Mossa y Xisco Campos volcados en ataque para profundizar por banda, pero faltó pegada y mayor control de las pulsaciones. El árbitro desquició por momentos a los jugadores tarraconenses, Aníbal llegó a pedir un penalti que no era, y el partido se empezó a ensució hasta el descanso.

Y a los tres minutos de la segunda mitad, el Nàstic hizo todo lo que no logró en la primera —tirar a puerta— y Naranjo empató el encuentro. Mossa centró desde la izquierda y tras tocar el balón en Aníobal, le cayó franco a un pichichi grana que no falló. El tanto electrocutó al Nàstic y merodeó el segundo, pero con el paso de los minutos fue a menos. Y ello lo aprovechó la Ponferradina para crear peligro en jugadas aisladas, de nuevo con Aguza como protagonista, y en el 65’ hizo lucirse a Reina.

En los últimos, Vicente Moreno alineó una defensa de tres para ir a por el partido pero apunto estuvo de costarle caro porque al final la Ponferradina fue quien tuvo las ocasiones más claras. Aun así, el punto satisface más a los bercianos que a los grana.