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LEVANTE-VALENCIA

Rossi da el derbi y vida al Levante

Orriols es tierra del Levante. Con el de hoy, son ya cuatro los derbis consecutivos que han ganado los granotas jugando de local contra el Valencia.

Actualizado a
Rossi da el derbi y vida al Levante

Al Valencia de Gary Neville le habían metido hasta ayer once goles a balón parado, que se dice pronto. De diferentes colores además. De córner, de falta lateral, directa y de penalti. Pero en Orriols sumó uno más para su nefasta estadística. Y éste, el gol de Rossi, de rizar el rizo: desde un saque banda. Ah, y Rossi rematandado con el pie. Es decir, el balón salió de los brazos de Juanfran y fue directo al pie izquierdo del italiano sin que ni un solo blanquinegro fuera capaz de despejarlo.

Ese gol volvía a dejar en evidencia a la zaga de Neville, que sigue sin ponerle candado a su portería y el Athletic se asoma el jueves por Mestalla con su 1-0 de San Mamés. Pero, sobre todo, ese gol hacía justifica a lo que se estaba viendo en Orriols. Hubo un Levante que quiso, propuso y lo buscó; y un Valencia cuyo fútbol es lo que del equipo dice su clasificación: de zona de nadie.

Deyverson llevó a Mustafi y Abdennour por la calle de la amargura. En verdad al tunecino le llevó por ella Rossi, Morales, Verza, Verdu... todos. Pero si hubo un hombre por el que giró el derbi ese fue Deyverson. Por físico, calidad, ideas y hasta por cansino, que se lo digan si no a Abdennour, al que le desquició por su erre que erre en la presión.
El derbi tuvo cuatro momentos y solo uno podría haber cambiado el signo a favor de los de Neville: un mano a mano de Feghouli. Pero entre que el franco-argelino estuvo lento, Feddal rápido y Mariño a lo gato, la ocasión se quedó en nada. Por contra el Levante tuvo, entre otras, un balón que envió Rossi al palo, además de dos mano a mano de Deyverson con Diego Alves que solventó bien el brasileño. El tercer momento del derbi fue la segunda amarilla que Del Cerro Grande perdonó a Parejo por conceder la ley de la ventaja. El cuarto y último momento, el gol de Rossi. El de la justicia. El de la fe granota. El de la confirmación de que al Valencia la Liga se le va a hacer larga, muy larga.