Uno por uno del Atleti: Carrasco eléctrico y Saúl omnipresente
La mayor parte del peligro salió de las botas del belga, que estrelló un balón al larguero. Por su parte, el canterano abrió el marcador y fue decisivo en el 2-0 de Griezmann.
Oblak. Su única intervención de mérito en todo el partido fue salir a los pies de Jonathan para solucionar bien un mano a mano que después fue anulado por fuera de juego.
Juanfran. Subió mucho menos que Filipe, fue un partido más con el piloto automático. Sin mucho desgaste y sin complicarse la vida.
Giménez. Los ataques gallegos llegaron casi sin fuerza a su zona durante todo el partido, por lo que vivió bastante cómodo. Sólo Jonathan le puso en apuros cuando le quebró muy bien en la segunda parte para después sacarse un gran disparo que por poco no entró.
Godín. Se limitó a ejercer de frontón en las pocas veces que el Deportivo conseguía superar las dos líneas de presión colchonera. No tuco muchas opciones tampoco en el área rival, donde no consiguió conectar ningún cabezazo con claridad.
Filipe. Acumuló muchos minutos en campo contrario durante todo el partido. En su segundo centro al área encontró a Saúl para abrir el marcador. Fue una de las pesadillas de la noche para el Deportivo, asociándose bien como viene acostumbrando con Koke y aclarando las internadas de Carrasco.
Saúl. Se encontró a un rival muy encerrado y a partir de ahí comenzó a descolgarse con peligro desde su posición. Jugó un partido completo en una y otra área. En la del Deportivo apareció para abrir el marcador en una llegada marca de la casa. Filipe colgó y el canterano era el único jugador colchonero que apareció en el área para rematar. Igualmente decisivo fue con el 2-0 en la segunda parte, cuando se lanzó para evitar un gol cantado de Cartabia interponiendo su pecho.
Gabi. Muy poco permitió al Deportivo jugar entre líneas en la primera parte. Bien posicionado jugó bastante a sus anchas y sin presión del rival para mover la pelota. Incluso se permitió incorporarse al ataque en alguna ocasión. Asistió a Correa con un perfecto balón largo de más de 30 metros a la espalda de la zaga gallega que el argentino no desperdició.
Koke. Sin ser una de sus mejores noches, leyó a la perfección el partido. Incansable en la presión, bien cuando le tocó combinar, sobre todo con sus socios en el sector izquierdo. Ejecutó perfectamente la acción ensayada que terminó en el gol de Griezmann. Le filtró un balón perfecto al fránces.
Carrasco. Comenzó muy activo, probando una y otra vez a Laure por su sector, llevando peligro. Poco antes del descanso soltó un manotazo sobre Cartabia que le costó la quinta amarilla. Volvió a comenzar el segundo acto eléctrico y en una de sus ya habituales diagonales estuvo a punto de marcar, pero su disparo se estrelló en el larguero. La mayor parte del peligro colchonero salió de sus botas.
Griezmann. Se movió con libertad buscando desahogar entre líneas cuando el Deportivo acumulaba a todo el equipo detrás de la pelota. Trabajó con solidaridad en defensa, pero segundos antes del descanso no acertó a culminar un mano a mano que se había inventado él después de robar en la medular y acelerar hasta plantarse ante Lux. No falló en el 15’ de la segunda cuando Koke le puso un balón perfecto dentro del área que el francés remató a gol a la media vuelta. Simeone de dio descanso y sacó a Kranevitter.
Vietto. Sin presencia en el área en la primera parte y con poca asociación peligrosa. Pasó más de puntillas que otros días, moviéndose sin generar el peligro de otras noches, y no tuvo situaciones de remate. Fue sustituido por Correa.
Correa. Nada más pisar el campo comenzó a probar a la defensa gallega con varias conducciones y dribblings. Estaba con ganas y lanzó varios afilados desmarques. Uno de ellos fue observado de manera brillante por Gabi y el argentino no falló ante Lux.
Kranevitter. Saltó al campo por Griezmann con 2-0 justo después de la gran ocasión marrada por el Depor que podía abrir el partido. Achicó bien, sólido casi siempre, pero con balón se le vio algo lento, en clara muestra de que aún le falta acomodarse al ritmo europeo.
Óliver. Entró al césped por Carrasco con apenas diez minutos para participar. Le puso ganas y dejó su sello cuando casi sobre el tiempo intentó sorprender a Lux con un disparo desde el centro del campo.