Martín Presa: “Sería bueno para el Rayo tener un campo propio”
Raúl Martín Presa se estrenó en la presidencia del Rayo Vallecano, frente al Elche, un 12 de mayo de 2011. Hoy alcanzará los 200 partidos oficiales al mando
Hoy cumple 200 partidos oficiales al frente del Rayo.
—No he faltado a ningún encuentro. Además de una obligación, es un honor y me gusta.
—¿Cuál fue el más especial?
—El del Tamudazo. Fue un ejemplo de vida, que refleja lo que es el Rayo: no hay que tirar la toalla por difícil que sea la situación. Parecía que los astros se alinearon en nuestra contra y surgió el milagro. Ese día terminamos con mi padre en urgencias, de la tensión...
—¿Qué balance hace a nivel deportivo?
—Ha sido un sueño, un regalo. El primer año certificamos el ascenso, en un momento en que suponía la vida del club, y hemos logrado el récord de partidos consecutivos en Primera.
—¿Y a nivel económico?
—El club estaba en coma, casi muerto, pero subió a planta y cada día está más sano y más fuerte. Ahora lo único que tenemos que hacer es ganar. Después de los años que llevamos con economía de guerra, tenemos que agarrarnos a Primera.
—¿Y en lo social?
—Ha habido momentos buenos y malos. El secreto es aguantar de pie y seguir avanzando cuando la situación te golpea. Cuando quieres algo haces el sacrificio.
—¿Cómo ve la actual situación del equipo?
—Es complicada, pero dependemos de nosotros mismos. La fe y la ilusión no hay que perderla nunca, debemos soñar, confiar y trabajar para quedarnos en Primera. Tenemos un calendario complicado, pero debemos dar un golpe en la mesa.
—Vallecas es fundamental.
—Es importante ahora, lo ha sido y lo será siempre. Cuando Vallecas ruge el Rayo es más Rayo. La afición sabe lo que se juega el equipo. Entre todos vamos a empujar.
—Una pieza importante en el éxito es Paco, ¿le ve en el banquillo en el futuro?
—Paco se identifica perfectamente con el Rayo y, dentro de nuestras peculiaridades, nos acoplamos bien. En la medida en que los dos sigamos a gusto, la relación puede continuar y será bueno para ambos.
—Paco vería con buenos ojos seguir, pero si le ofrecieran ser seleccionador...
—Al final, las personas cuando tienen sentido común, hablan y muestran voluntad, suelen entenderse siempre. Ahora lo más importante es que quedan diez partidos y hay que empezar a ganar. El del Eibar no es un duelo definitivo, sí importante.
—¿Qué le pide al futuro?
—Que la gente esté orgullosa de su equipo, independientemente del devenir de los resultados, y que el Rayo siga fiel a sus valores: valentía, coraje y nobleza. Que si nos ganan sea por más calidad, talento o dinero, pero no por más trabajo, ilusión o bemoles. Mientras no perdamos la esencia, el Rayo será grande. Si puede ser en la máxima categoría, mejor.
—¿Y entra en los planes de futuro tener su propio estadio?
—Si el Rayo quiere crecer, tener una casa propia sería bueno. Debe haber más aforo para que crezca la masa social y unas instalaciones más modernas, mejor acondicionamiento, para que sea más cómodo. Ganará toda la afición y el club.
—¿Qué papel juega el Rayo Oklahoma?
—Es un proyecto para dar a conocer la marca Rayo. Estamos en Madrid con dos equipos importantes a nivel mundial, por los que nos han dejado de lado los medios, las instituciones... Tenemos que dar a conocer nuestros valores y el mercado americano está creciendo. Va un baluarte del rayismo como es Yuma a defender la camiseta de esta franquicia. ¿Quién mejor que él para transmitir nuestros valores y ser el nexo de unión?
—¿Qué importancia se le da a la cantera y el femenino?
—El fútbol es el mayor embajador de la marca España. Es un espejo donde se miran los jóvenes y es fundamental para formar a los chavales. No entiendo que se dediquen tan pocas horas lectivas al deporte. El fútbol tendría que tener ventajas fiscales para evitar la fuga de talentos. Falta conciencia social y política de lo que supone el deporte para el desarrollo de un país como el nuestro.
—¿De dónde viene su pasión por el fútbol?
—Mi padre y mis tíos fueron futbolistas profesionales. Mi padre se lesionó joven y trató de inculcárnoslo. Desde los cinco años siempre ha habido un balón en mi vida. Agradezco a mi padre todo su apoyo, siempre detrás de mí, aconsejándome cuando ha habido situaciones complicadas.
—¿Y el fútbol que sueña es el que practica el Rayo de Paco?
—En mi casa todos jugábamos en posiciones de ataque y nos gusta el fútbol ofensivo. Apostamos por esa filosofía. Paco se identifica con los valores por los que apuesta la directiva.