La locura acaba en tablas
El Málaga se adelantó dos veces, pero acabó salvando un punto en el minuto 88 gracias a un gol de Arribas. El Depor sigue sin ganar.
El Depor está gafado y ya suma doce jornadas sin ganar. La condena llegó esta vez a balón parado (los tres del Málaga) y con una crueldad extrema, ya que fue Arribas el que marcó en propia puerta cuando el equipo de Víctor había sido capaz de empatar en dos ocasiones y remontar con un tanto de Lucas Pérez.
Fue un partido lleno de pequeñas historias, de paradojas que explican la grandeza del fútbol. La primera habló de un intangible: las dinámicas y sensaciones. La del Depor marcaba en negativo y la del Málaga, en positivo. Seis córners de los gallegos, nada; uno posterior de los andaluces y... 0-1. Luego, las rachas de los delanteros. Lucas Pérez, que este año ha igualado a Bebeto en partidos seguidos viendo puerta y que los había marcado de todos los colores, tuvo una a placer con dos centrales bajo palos y... al muñeco. ¡Increíble! Y ahí nació la de los porteros. Kameni, que cumplía 300 partidos en Primera y que llevaba 65 seguidos, se lesionó en esa jugada. Salió Ochoa, que debutaba en Liga, y en el primer remate a puerta: gol.
En el segundo tiempo la historia continuó. Mejor el Depor, nuevo golpe a balón parado. Orgullo y empuje, hasta empatar con una gran jugada de Fede. Lucas acarició el cuento de la cenicienta al marcar el 3-2 que le redimía de su garrafal error. Salió ovacionado, porque Riazor daba por hecho que al fin llegaba una victoria. Pero no, quedaba tiempo y un mazazo final para Arribas con un autogol propiciado, como no, a balón parado.