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ATLÉTICO DE MADRID

Salazar: “La Peineta será una joya, pero hay algunas dudas en los accesos y la financiación”

Presidente de la Peña Los 50, historiador, colchonero y abonado de gran recorrido, Salazar desgrana las sensaciones que le dejó el debate sobre el cambio de estadio.

MadridActualizado a
Salazar, en una imagen de archivo.
DIARIO AS

—¿Con qué sensación salió del debate sobre el cambio de estadio del Atlético que se celebró?

—En primer lugar quiero dar las gracias a la Peña Los 50 por haber reunido en una misma mesa a todos los agentes inmersos en este asunto. Mi felicitación. Salí del debate muy confuso. El proyecto que expuso Gil Marín es magnífico. El campo va a estar terminado en el verano de 2017 y va a ser una joya. Pero no está nada claro el tema de los accesos, no sé si de aquí a año y medio el Ayuntamiento estará dispuesto a establecer todas las medidas oportunas para que estén listas las salidas necesarias de la M-40. Después, me sorprende que no quede nada claro de quién es la propiedad de los terrenos y los seguidores del Atlético, pasados unos años,  se pueden encontrar con que el club no tiene patrimonio. Y ya no sólo el coste del campo, también hay que ver quién y cómo va a correr con los costes de soterrar la M-30 y si se van a tener que hacer cargo también del Centro Acuático, que está claro que sería bueno como sede del club, pero también supondría unos costes unidos a la actual deuda. Todo eso hay que ver cómo se puede pagar y en qué plazo. Puede suponer una rémora importantísima si los resultados deportivos no acompañaran. Un par de años fuera de la Champions y puedes irte a una deuda terrible.

—Usted vivió el cambio del Metropolitano al Calderón, ¿alguna cosa de aquella experiencia que le preocupe hoy?

—La tengo porque recuerdo que en el Metropolitano se reunían entre cincuenta y sesenta mil personas, la mayoría de ellas de pie e incómodas, y nos hacía ilusión cambiar al Manzanares, que entonces era un páramo solitario. Pero la gente empezó a dejar de asistir, hubo un momento en que nos quedamos entre veinte y veinticinco mil, porque el hombre es un animal de costumbres. El Manzanares estaba perdido sin nada alrededor. Puede que pasemos de un campo de cincuenta mil a uno de setenta mil y no vayan más que treinta mil. He visto la obra y sus alrededores y cuando esté acabado será una joya, pero a su alrededor no hay nada. A la gente le gusta ir y tomarse algo con los amigos antes del partido. Supongo que tendrán que ir poniendo cosas para corregir eso. Puede quedar un estadio maravilloso y que luego lo disfruten muy pocos.

—El club sí ha transmitido su intención de tener la propiedad de los terrenos.

—Pero a medida que se hacen cifras aparecen las dudas. Entre la compra de los terrenos, la construcción del estadio, para lo cual se ha pedido un préstamo de 160 millones al señor Slim, y lo que haya que acometer en el Centro Acuático, si se hace, nos vamos a entre 250 y 300 millones más la deuda actual. Al principio se dijo que la obra iba a ser a coste cero, pero ahora hay que pagarla. ¿Esos ingresos los va a generar el club? Gil Marín nos ha dicho que sí, pero hay muchas variables que no se controlan, es fútbol.

—Se han dado pasos, obligados por resoluciones judiciales, en contra de la dirección que se anunció al principio.

—Claro porque se ha pasado de un estadio a coste cero que acababa con la deuda a poner de nuestro bolsillo. Ha sido una deriva a peor con las últimas modificaciones y eso abre una incertidumbre.

—Citaba el préstamo de Carlos Slim. ¿Piensa que la ayuda de este reconocido empresario pone en riesgo algo o por el contrario es un buen aliado?

—2021 es el límite para devolver el dinero, la duda estriba en qué pasará si no se ha podido pagar. Se quedará él con el club, supongo. Y caer en manos de alguien de fuera… El riesgo existe. Las experiencias de gente que ha venido del extranjero a invertir no han sido las mejores. Si el negocio no les sale bien, desaparecen.

—Usted conocía a la masa social que cambió del Metropolitano al Manzanares. También conoce a la de ahora. ¿Qué acogida cree que va a tener el cambio de estadio?

—En este momento hay optimismo, porque estamos compitiendo con los grandes. De los diez últimos derbis nos han ganado uno. Estamos arriba, todo es maravilloso. Yo veo que la predisposición del abonado es buena, pero ahora hay que retratarse. Hay que ir a elegir, llegado el momento, tu abono. Gil Marín nos dijo que unas entradas serían más caras que ahora y otras más baratas. El examen llegará a partir del día 28 de marzo cuando el club nos ha convocado para elegir nuestros abonos. En un mes sabremos más o menos cuántos han ido ya a elegir su sitio y comprobarán cómo va a ser el cambio y cuánto se van a tener que gastar. El promedio que se nos ha dicho por abono es de 400 euros. Vamos a ver qué decide la gente llegado el momento con respecto a la situación económica que se vive. También se comprobará hasta dónde es fiable esa lista de espera que hay para completar el aforo. Va a ser un termómetro importante para el nuevo estadio. Pero la gente también esperará hasta el final para ver, por ejemplo, cosas como el transporte. El tiempo que se va a tardar en llegar y en volver en Metro, por ejemplo.