Nolito cumple en el Coliseum
Un gol del delantero del Celta en el 70 dio la victoria a los de Berizzo ante el Getafe. El conjunto gallego se asienta en los puestos europeos.
En todo juego de azar, el que más sabe siempre juega con ventaja. El fútbol es para listos. Ellos no inventaron este deporte, pero son los que mejor saben sacarle provecho.
¿Cómo se puede estar solo y rematar a metro y medio del portero en el lanzamiento de un córner, momento de un partido en el que más jugadores hay en el área? Lo que resulta difícil de explicar Nolito lo hace. Y punto. No fue peor el Getafe, ni mucho menos, pero el Celta acaba la jornada creyendo más en Europa y el Getafe no queriendo creer que el descenso le pisa los talones.
Fue un partido con dominio compartido a arreones, quince minutos tú, un cuarto de hora yo. No se habían cumplido dos minutos de juego cuando Yoda ya se había internado dos veces en el área del Celta. En la segunda, el balón acabó haciendo equilibrio sobre el larguero tras palmearlo hacia atrás el portero Sergio.
Yoda se hizo protagonista doblando por banda y ganándole la espalda a Hugo Mallo, pero por encima de individualismos sobresalía una certeza absoluta: el 4-2-3-1 viste mucho mejor al Getafe que cualquier otros sistema de juego. La vuelta de Lacen al once, la principal razón.
El Celta arrancó a temperatura ambiente: frío. Algún avance de Jony y detalles de Guidetti, como la pared que intentó devolviendo el balón con el pecho dentro del área.
En realidad, sólo un libro directo desviado ejecutado por Iago Aspas merecía ser calificado de cierto peligro.
En el 26’, Sarabia agitó el partido. Desde la banda derecha arrancó en diagonal hacia el área, sorteó a un rival y buscó sorprender con un tiro junto al primer palo, lo que obligó a rectificar a Sergio su posición y sacar una extraordinaria mano cuando el balón se disponía a atravesar la línea de gol. Se animó el Getafe y Lacen se atrevió a probar la potencia de su pierna con un disparo desde fuera del área. Nada que no tuviese controlado Sergio con su mirada.
El partido comenzó a ganar en emoción. En el 30’, el Getafe pidió penalti por mano de Sergio Gómez. Asiendo cierto que el balón dio en el brazo del defensa céltico, es imposible demostrar su voluntariedad. También el Celta una de de Víctor en el 53’.
El Celta se sintió tan extraño al verse dominado que se dedicó sólo a defender, cuando su seña de identidad durante toda la temporada ha sido atacar. Bongonda, de cabeza en el 44’, tuvo la ocasión más clara, pero en su intento de rematar de cabeza acabó golpeando con el hombro. Ocasión perdida. Tan clara o más la tuvo Álvaro un minuto después, con la misma suerte.
En la segunda parte el Celta salió con más galones. Bongonda, en el 46, estuvo apunto marcar pero su remate lo sacó Yoda sobre la línea de gol, con Guaita ya superado. A la hora de partido entró Nolito. Berizzo ya tenía en el campo a su tridente de diablos: Aspas-Orellana-Nolito. Y se notó. En el 70’, Guaita tuvo que estriarse como un chicle para sacar un disparo de Orellana dirección a la escuadra. Un minuto después, llegó el gol de Nolito. Y tuvo más el equipo de Berizzo para haber redondeado el marcador, una clara de Orellana en el 86’ y otra de Wass en el 93’, pero lanzaron fuera.