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REAL ZARAGOZA

Ángel: "Ojalá llegue a los quince goles que marqué en el Elche"

El delantero canario se encuentra en su mejor momento y espera seguir aportando goles para lograr el objetivo: "Sueño con ascender a Primera División con el Real Zaragoza".

Ángel Rodríguez.
ALFONSO REYES

¿Cómo se encuentra de esa leve lumbalgia que le impidió entrenar el miércoles?

—Fue un pinchacito que me dio en la espalda a principios de semana y preferí parar porque estaba algo molesto, pero hoy —por ayer— ya estoy mucho mejor y he entrenado con el equipo.

—Entonces este domingo le veremos en El Sadar sí o sí, ¿verdad?

—Sí, es un partido que nadie se puede perder ahora que el equipo está bien y estamos haciendo buenos encuentros. No es el momento de parar. Va a ser un partido de Primera División, en un campo magnífico y además tengo entendido que van a ir muchísimas personas a apoyarnos a El Sadar y eso es una motivación extra. Estamos en un buen nivel y queremos seguir aumentando esta racha.

—Usted conoce muy bien al club navarro, ya que jugó media temporada en el Osasuna B. ¿Qué recuerdos guarda de aquella época?

—Además coincidí con Ángel Martín. Es una familia o un grupo de personas que hace las cosas muy bien, que llevaban muchos años en Primera División y a mí me trataron fenomenal, además viendo los partidos del primer equipo en el estadio, donde la gente aprieta muchísimo y no para de animar. Es un campo difícil en el que nos va a costar puntuar.

—¿Llegó a ver jugar al Real Zaragoza en El Sadar?

—No tuve esa suerte. Vi muy pocos partidos porque coincidían con los del filial, pero sí que recuerdo que la gente aprieta muchísimo y que es un estadio en el que muy pocos equipo logran puntuar.

—¿Y le han contado lo que le espera al Real Zaragoza cada vez que juega en El Sadar?

—Me han dicho que hay mucha rivalidad por la cercanía, pero nosotros nos tenemos que olvidar de eso. Debemos ir allí a plantear un buen partido, a ponerle las cosas difíciles al Osasuna y a intentar aumentar la racha de victorias que tenemos. Sabemos que no tenemos margen de error porque en la primera vuelta no salieron las cosas como esperábamos y ahora mismo estamos bien y con muchísima ilusión y ganas de estar arriba.

—¿El estado anímico tan diferente con el que llegan al partido ambos equipos puede marcar la diferencia?

—Es cierto que los dos últimos partidos que hemos ganado han sido contra dos grandes rivales que estaban por encima de nosotros en la clasificación, pero eso no significa nada. Cada equipo y cada estadio son muy diferentes y tenemos que estar atentos a lo que nos pueda pasar. Debemos seguir siendo sólidos en defensa, ya que lo más importante es que llevamos dos partidos seguidos sin encajar ni un solo gol, y tenemos que seguir en esa línea. Ganar dos partidos no significa que el siguiente lo vayas a ganar. Cuesta muchísimo puntuar ahí y ahora que el equipo está bien debemos seguir aumentando ese trabajo y esas ganas para seguir sacando puntos contra rivales directos.

—¿A qué se debe ese cambio que ha experimentado el equipo en tan poco tiempo?

—La gente nueva que ha llegado ha dado un aíre de ilusión, además han venido con muchas ganas, hay una mayor competencia, hay más fondo de armario… Son algunas de las causas principales. Eso unido a la calidad que hay en el equipo de la gente que ya estaba ha hecho que el equipo haya dado un paso hacia delante, pero eso no significa que ya vayamos a ascender. Hay que tener los pies en el suelo y seguir igual de humildes y trabajando en la misma línea para prolongar esta buena racha.

—¿Qué porcentaje de culpa tiene Carreras en la mejoría del equipo?

—Muchísima. Es un gran técnico, un entrenador que ha sido futbolista y que conoce a los jugadores y cómo tratar a cada uno de ellos. Estudia muy bien los partidos y a los rivales, sabe cómo jugar, cada día estamos aprendiendo más su modelo de juego y nos ha dado a muchísimos jugadores la confianza y la estabilidad que necesitábamos para competir al máximo nivel. Creo que su llegada nos ha venido muy bien y de momento está sacando buenos resultados.

—Usted es uno de esos jugadores a los que les ha dado confianza, ya que desde el primer día le puso en punta y confió en usted.

—En ese sentido he salido bastante beneficiado. Desde que llegó me puso en mi posición natural, la de delantero centro, después de jugar varios partidos en banda y la verdad es que me siento muy a gusto con el equipo, con mis compañeros y con el entrenador. Soy muy feliz y creo que estoy en mi mejor momento de la temporada. Y el equipo acompaña, así que estoy doblemente feliz.

—¿Tenía ya muchas ganas de volver a jugar como delantero centro?

—Yo siempre he sido delantero centro, pero un entrenador te coloca en la banda derecha y te tienes que adaptar a ello. No hay momento para quejarse y, al final, un jugador que sabe jugar en varias posiciones y es polivalente ayuda a madurar como futbolista. A mí es lo que me ha tocado este año en el Zaragoza y creo que he crecido mucho como futbolista.

—En 2016 todo le está yendo bien a nivel personal salvo por ese lunar de la expulsión contra el Huesca, ¿verdad?

—Así es. Me equivoqué y ya pedí disculpas al equipo en su momento. Fue un calentón en una jugada en la que te revuelves y haces una cosa que no tienes que hacer y esos dos partidos en la grada frente al Oviedo y el Llagostera los pasé bastante mal. Me dio muchísima pena no poder disputarlos porque es una acción que nunca tengo que hacer.

—Fue el ejemplo, al igual que el penalti errado contra el Leganés y su posterior gol, de que en el fútbol todo cambia en cuestión de minutos y uno pasa de héroe a villano o de villano a héroe en un par de jugadas, ¿verdad?

—Un futbolista tiene que estar bien siempre e intentar tener la cabeza fría cuando te intentan provocar para no entrar al trapo. Y si fallas un penalti, saber que el partido aún no ha acabado y que aún hay tiempo por delante para marcar algún gol. Otro ejemplo es el de Luis Suárez el miércoles, que falló un penalti y a la siguiente jugada marca un golazo. Un penalti lo falla el que lo tira y lo importante es que si lo fallas, no puedes bajar los brazos.

—¿Va a seguir tirando los penaltis?

—Si me dejan, sí. No por fallar un penalti significa que no vayas a meter más. Intentaré trabajarlos y mejorar en ello y si el míster cree oportuno que debo tirarlo yo, lo tiraré encantado.

—Antes ha dicho que se encuentra en su mejor momento de la temporada, ¿pero se ha visto ya al mejor Ángel o aún tiene margen de mejora?

—Ojalá que el equipo siga a este nivel y yo pueda darle más goles y puntos al Zaragoza para poder lograr el objetivo y entrar entre los seis primeros al final de la temporada. Y no sólo yo, ojalá todos aumentemos el nivel porque si Ángel mejora es gracias a sus compañeros.

—¿Cree que el hecho de no jugar habitualmente en las dos últimas temporadas es una de las causas por las que haya habido que esperar hasta ahora para ver su mejor versión del curso?

—Todo influye y cuando te preguntan al principio de la temporada que cuántos goles vas a meter, hay muchos factores que condicionan esa cifra. A uno le encantaría jugar todos los minutos, pero hay compañeros con muchísimo nivel y mucha competencia. Antes estaba Ortuño, pero ahora están Dongou y Ortí y son jugadores que en cualquier momento pueden hacerlo igual e incluso mejor que tú. Por tanto, tienes que estar siempre vivo y jugando a un gran nivel porque a la mínima pueden suplirte. A mí me gustaría marcar muchísimos goles, pero hay muchos factores que lo condicionan.

—¿Pero teniendo en cuenta que ya suma siete goles, se ve igualando o superando las cifras que logró en el Elche?

—Ojalá llegue a los quince goles en Liga más uno en playoff. Es una cifra a la que yo jamás pensé que iba a llegar porque en la primera vuelta sólo marque un gol, pero la segunda vuelta fue magnífica, el equipo dio un pasito hacia delante y empezamos a ganar muchísimos partidos. Ojalá lleguen los goles porque eso significaría que el Real Zaragoza ha sumado muchos puntos.

—¿También ha influido en su buen momento el estilo de juego de Carreras y que ahora se llegue arriba con más gente?

—Sí, ofensivamente hemos mejorado muchísimo. En muchos partidos hemos tenido muchísimas ocasiones claras y la pasada semana, además del gol anulado, tuve otra muy clara para marcarla y no pudo ser. Es cierto que ahora estamos teniendo bastante llegada, con jugadores por detrás de mí que acompañan a la jugada, y si el equipo está ofensivamente bien, me ayuda muchísimo a la hora de marcar goles.

—¿Cómo ve a los nuevos? ¿Hay alguno que le haya sorprendido?

—Cada uno de ellos ha aportado la faceta que necesitábamos. Culio, experiencia; Guitián, seguridad; Dongou, ilusión y velocidad; Javi Ros, veteranía y calidad en el centro del campo… A Campins lo conocía poco y me ha sorprendido muchísimo. Son jugadores que nos han ayudado muchísimo y que han llenado el vestuario de ilusión y de ganas de competir y hacerlo bien. Al final todo ayuda.

—Llegaron seis refuerzos y salieron tres jugadores. En los casos de Aria y Jorge Díaz puede parecer normal porque apenas contaban con minutos, pero fue más extraño el caso de Ortuño. ¿A usted también le sorprendió su salida?

—Sí, me sorprendió mucho porque para nosotros era un jugador clave. Era el máximo goleador del equipo y un jugador que nos ayudaba mucho en el plano ofensivo, por lo que me sorprendió mucho su salida. Además fue bastante rápida y no me lo esperaba. Al final, cada jugador debe tomar sus decisiones y él creería que la decisión acertada era irse al Mallorca porque ahí iba a tener más minutos y un protagonismo que aquí pensaba que no iba a tener. Para mí es una gran persona y un gran compañero y le deseo lo mejor del mundo, salvo cuando juegue contra nosotros. Entonces le diré que no nos marque y que a partir de ahí meta todos los goles que quiera (risas).

—¿Cómo vivió el vestuario todos los cambios que ha habido en el club desde el parón navideño?

—Al jugador le gusta que haya una estabilidad en el club y que no pasen estas cosas, pero nosotros debemos estar al margen de todas estas cosas. El club creyó oportuno que hubiera un cambio de entrenador y de director deportivo porque lo veían necesario y nosotros somos trabajadores del club y debemos aceptar ese tipo de cosas. El equipo ha cambiado en ese sentido a mejor, pero eso no significa que los que estaban antes lo hubieran hecho mal.

—¿Durante esa mala racha del equipo llegaron a dudar de la posibilidad del ascenso o se plantearon un cambio de objetivo?

—Para nosotros el objetivo siempre ha sido el mismo: entrar entre los seis primeros. Es cierto que nos hubiera gustado estar siempre entre los seis primeros, pero no ha sido posible. Creo que el equipo ha sido bastante irregular durante la temporada, tanto en juego como en resultados, pero todavía tenemos opciones de entrar entre los seis primeros e incluso no descarto coger a alguno de los dos primeros. Quedan 17 jornadas, son muchos puntos por jugar y el Real Zaragoza quiere estar ahí. No podemos relajarnos y sabemos que no tenemos margen de error. Nos hubiera gustado estar más arriba y decir que si no ganamos este partido no pasa nada, pero tenemos que apretar los dientes, trabajar al máximo y tomarnos cada partido como una final.

—¿Esperaba esa exigencia por parte de la afición cuando llegó al Real Zaragoza?

—Ya me habían comentado que La Romareda era un campo difícil, un campo que apretaba muchísimo y al final uno se adapta a lo que toca. Es normal que la gente esté un poco cansada de que el equipo esté en Segunda División. La Romareda es un estadio que ha vivido muchísimos partidos de Primera y además muy buenos, también de competición europea y es normal que la afición quiera que el equipo ascienda, pero también tiene que entender que nosotros somos los primeros que queremos porque nos daría un cambio en nuestra vida.

—¿Llegan a afectar esos pitos de La Romareda o a influir en el rendimiento?

—A mí no. Soy un jugador que se olvida de lo que pasa alrededor del campo y me limito a correr y a hacer lo mejor posible mi trabajo hasta que no pueda más. La gente puede pitar o ayudar y soy de los que preferiría que nos ayudaran durante los noventa minutos, pero yo me limito a hacer mi trabajo y después a unos les gustaré y a otros no. Esto es fútbol y no le puedes gustar a todo el mundo.

—Lo que está claro es que el margen de error es mínimo y mucho más en La Romareda, donde ya se han escapado muchos puntos esta temporada.

—Quedan ocho partidos en casa, pero no va a ser fácil. Lo que tenemos que pensar es que el domingo tenemos un partido muy importante contra un Osasuna que está por encima de nosotros y contra el que nos va a costar muchísimo puntuar. A partir de ahí, pensaremos en el Lugo y después en el siguiente, en el siguiente y en el siguiente. Si pensamos más allá, nos estamos equivocando. Yo soy de los de Simeone, que hay que ir partido a partido y no pensar más allá.

—Pero al margen del partido a partido, ¿aún sueña con lograr en el Real Zaragoza el tercer ascenso de su carrera?

—Yo firmé con el Real Zaragoza para intentar lograrlo. Si no lo pensara no hubiera firmado. Firmé porque al Real Zaragoza lo veo como un club potente de Segunda División que tiene que estar en Primera, así que obviamente yo sueño con subir a Primera División con el Real Zaragoza.