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REAL MADRID

Zidane rescata la mejor versión como extremo de Cristiano

El portugués rescata su faceta de extremo izquierdo que le encumbró en el Manchester y se aleja de la punta de ataque donde le situaba Benítez.

Zona de influencia de Cristiano ante el Roma.
as.com

Cristiano se renueva partiendo de sus orígenes. El portugués, de la mano de Zidane, vuelve a despegar desde la línea de cal como hacía en sus inicios en el Manchester United. Ante el Roma (como podemos observar en el mapa de calor) convirtió el ala izquierda del Olímpico en su zona de influencia durante los 88 minutos que estuvo en el terreno de juego.

Con Marcelo como fiel escudero (asistiéndole en el gol, min. 57), se le vio con más movilidad, arrancando desde atrás como antaño y realizando, en carrera, uno de los regates que más le definen (taconazo con la zurda para acomodársela a su cañón derecho sin perder esa punta de velocidad); terminando las jugadas, ya sea entrando hacia el centro del área buscando la pared con Benzema o apurando hasta la línea de fondo para centrar con la izquierda, como hizo dos veces en la segunda parte sin suerte en uno de los remates de cabeza de James.

Influencia en el juego. El luso tocó 48 balones, y por su banda el tráfico en el juego ocupó un 40,1% del total (27,4% por el centro y 32,6% por la banda derecha). Además, completó el 79% de pases completados (37/47), disparó 4 veces (1 a puerta -gol- y 3 por fuera) y fue el segundo futbolista que más faltas recibió (3) después de James.

Sin embargo, partiendo desde la posición de extremo el desgaste físico es mayor que haciéndolo desde el centro del ataque, donde los movimientos explosivos son menores. Y ese esfuerzo le pasó factura. Cristiano fue sustituido por primera vez en esta temporada (lo había jugado todo: 2160 minutos en Liga en 24 partidos y 540 minutos en Champions en 6 partidos). El entrenador galo así lo confirmó: "Cristiano me pidió el cambio porque lo había dado todo".

Benítez lo tuvo claro desde el principio. Cristiano era su delantero centro y estaba convencido de que su reconversión a ser el ariete blanco era una cuestión de tiempo (o de edad). Y en esa posición le vimos hasta que el de Parla fue destituido, con actuaciones que distaban mucho de su papel protagonista desde que llegara al Real Madrid. Disperso y limitado como '9'. Ante el París Saint-Germain en el Bernabéu pudimos verle, incluso, desaparecido y apático. Ayer demostró dónde está su zona de confort y desde dónde se sabe el mejor.