Las lesiones musculares lastran el rendimiento del Espanyol
Se llevan ocho en tan solo dos meses: Víctor Sánchez, Caicedo, Arlauskis... Y ahora Mamadou, con un mes de baja, y Hernán Pérez, duda ante el Deportivo.
La imagen de Mamadou Sylla, sustituido a los 12 minutos del Valencia-Espanyol, o de Felipe Caicedo, reemplazado en el segundo tiempo por la fatiga sobrevenida tras reaparecer tres semanas después de su baja, son evidentes muestras de que las lesiones están lastrando enormemente al equipo. En los dos últimos meses, las ha habido de todos tipos, pero preocupan especialmente las musculares, al ser las que se pueden prevenir: ocho de esa clase se han producido desde el 19 de diciembre.
La cronología
Víctor Sánchez se lleva la palma, pues abrió la veda ante Las Palmas y se ha perdido cinco partidos por una dolencia en los isquiotibiales, acrecentada por su prematura reaparición ante el Sevilla. Los isquios también mantienen en duda ante el Deportivo a Hernán Pérez, que ya se perdió la visita a Mestalla y que ayer aún se entrenó al margen. Y son la zona muscular que desechó durante dos jornadas la participación de Caicedo. Más graves son, eso sí, las roturas de Giedrius Arlauskis, en el aductor, y de Mamadou, en el músculo semimembranoso, ya que comportan un mes de baja cada una.
Igualmente muscular, pero fortuita, fue la distensión de Álvaro González en el hombro, que por suerte no le implicó perderse ningún partido. Y otros tres jugadores han sufrido dolencias que no se pueden prevenir, como Pape Diop —primero una contusión craneal y el sábado pasado, otra en el codo, aunque estará ante el Deportivo tras ejercitarse ayer con el grupo— o Marco Asensio (un esguince de tobillo, en el derbi copero).
En esa clasificación reina José Alberto Cañas, quien el 30 de diciembre contra el Sevilla sufrió una fractura en el primer dedo del pie izquierdo. El diagnóstico indicaba que permanecería de tres a cuatro semanas de baja. Pero el pasado viernes, cuando se cumplían ya seis semanas, el club informó de que había sufrido una recaída, que le tendría alrededor de dos semanas más KO.
Y todo ello sin contar el caso especial de Anaitz Arbilla, que no juega desde octubre por una tendinitis en el tendón de Aquiles izquierdo. El lateral reapareció en tres convocatorias en diciembre, pero ya no volvió a jugar, por lo que se ha perdido 16 encuentros esta temporada entre Liga (13) y Copa (tres).
La mejor temporada en lesiones fue la 2013-14
La prevención de lesiones había sido precisamente uno de los puntos fuertes del Espanyol en las últimas temporadas. La llegada de Juan Iribarren, preparador físico en la etapa de Javier Aguirre, sirvió para implantar un sistema que inmediatamente dio sus frutos. En sus primeros nueve meses, desde finales de 2012 y hasta septiembre de 2013, se produjeron 12 lesiones musculares, solo cuatro más que ahora en dos meses con Constantin Galca. Y la temporada siguiente, la 2013-14, fue de récord: solo 20 bajas por lesión, contando no solo las musculares. Hoy eso está siendo un lastre.